A la franca que uno no sabe cuál «novela» está más buena, si la de los primerísimos actores Alex y los Yankees, o la de Miguel Tejada «y compartes»… La de Alex es un drama de un joven muy travieso, pero que su amo le aguantaba todas su vagabunderías, porque todo lo que tocaba lo convertía en oro y la gente acudía en masa a verlo actuar y compraba sus indumentarias, además de que generaba patrocinios para que la gente lo viera por TV… Pero, y aquí está el bendito pero, el amo se «jartó» porque ya no producía tanto oro y los fans decían que sus camisetas les daban calor, por lo que intentó deshacerse de él junto a varios cómplices… Pero él se rodeó de genios del derecho e hizo como Mambrú: se fue a la guerra contra el «imperio» y…. espere el próximo capípulo… El otro «culebrón» es protagonizado por un joven sureño que dicen que «es un alma de Dios», pero que las cosas se les complican cuando no se bebe la pastilla… Tanto es así, que las veces que ha dejado de tomárselas se le han olvidado cosas tan elementales como que no debe comprar equipo estando activo con otro, que no debe usar bate con corcho, que el perjurio es penado en EEUU y que a veces es mejor retirarse a tiempo que pasar verguenza… ¿El fin? Todavía no se lo han dado, porque ahora el productor no sabe si lo pone como el «pelotero de la patria» del puro Duarte o del traidor Santana…
