No se trata solo de la opinión del obispo de la diócesis de Barahona, Rafael Leonidas Felipe Núñez, quien cataloga como “desastroso para la salud, la educación, la formación y la vida, el hecho de que niñas de 10 y 11 años salgan embarazadas a esa temprana edad, en las regiones del país”.
Son más que escalofriantes los datos de la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, en la Capital, donde se plantea que nacieron 6 mil 172 criaturas y de ellas mil 200 fueron en infantas entre los 11 y 13 años; sin olvidar la pequeña de 10 años embarazada en San Cristóbal, y los muchos casos en toda la geografía nacional que se repiten y en ocasiones originan la muerte a quienes aun no están preparadas para ser madres.
Sin duda alguna, cabe mucha responsabilidad a la familia como cédula de la sociedad, que hacen al religioso expresar que todo esto es fruto de los males del seno de un hogar corrompido y sin valores, “donde la familia y la escuela son los primeros que deben ir educando en valores a nuestros niños y niñas”.
Padres y madres tienen que asumir responsabilidades, así como los profesores, cuya cooperación solicitó el prelado, recordando que cuando falla una de esas instituciones, la otra avala un futuro mejor para quienes no nacieron ni buenos ni malos; sino que les ha tocado un mundo de desaprensiones y abandonos que les lleva a actuar así.
Aún estamos a tiempo, porque estos que hoy nacen en condiciones mutiladas de afectos y sueños, son esos que mañana asaltan, delinquen y terminan en cárceles o en las tumbas del absoluto olvido.
¿Y a dónde fue la niñez?
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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