El Senado de Estados Unidos aprobó con 10 votos a favor y 7 en contra “una resolución conjunta que autoriza un ataque militar en Siria, por un plazo de 60 días, en respuesta al supuesto uso de armas químicas por el Gobierno sirio contra civiles, ocurrido el mes pasado”.
Para personalidades como el destacado académico, filósofo y lingüista estadounidense Noam Chomsky el empeño de Obama, de emprender un ataque bélico a pesar de la oposición mundial es un pretexto estándar para atacar y constituye un crimen de guerra, sobre todo por querer actuar al margen de las Naciones Unidas.
La humanidad ha presenciado cómo el apoyo internacional a la decisión del presidente de EE.UU “se ha derrumbado”, y falla: «la credibilidad de las amenazas del policía autodesignado del mundo», tal y como señala Chomsky.
No se trata de las noticias difundidas el 21 de agosto por varias cadenas internacionales, referidas al “presunto uso de armas químicas por parte del Ejército contra grupos terroristas en las cercanías de la capital, Damasco”, informaciones que el gobierno sirio ha desmentido, sino del indiscutible derramamiento de sangre inocente que representa cualquier enfrentamiento bélico; de las experiencias tan terribles que dejaron Irak y las tantas guerras que durante lustros han tenido lugar, sin más resultados que las catástrofes que provocan estas y las secuelas de muertes y seres mutilados física y moralmente.
Las redes sociales multiplican mensajes en contra de la decisión norteamericana; en tanto que países como Rusia denuncian la ilegalidad del ataque y el mundo presencia la ejecución de una decisión que parece haber sido asumida hace mucho tiempo.
A las puertas de una guerra
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