Las estadísticas de la Policía nacional, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses y de organismos no gubernamentales, dan a conocer que en los últimos tres años, producto de los feminicidios, han quedado en la orfandad más de 800 niños y niñas, con edades entre 0 y 13 años.
Si a esta cifra se suman los que vienen al mundo en hogares sin recursos y lamentablemente, rodeados de la dejadez, o quienes sin haber desarrollado sus pequeños cuerpos realizan trabajos impropios para la niñez o son explotados por inescrupulosos adultos…es comprensible entonces que República Dominicana enfrente la difícil situación de los niños y niñas que deambulan por las calles y a los cuales, el viceministro de Educación, Luís de León, llamó a ser rescatados y llevados a las aulas.
Pero, esta es una de las asignaturas pendientes en el país y constituye tarea nada fácil, sobre todo porque no existe en el país la infraestructura necesaria que de asistencia a estos menores, víctimas directas o indirectas de violencia a la vez que no existen las correctas acciones para ir a la raíz, tronco y causas de estos males que afectan a quienes representan el futuro de una nación que envejece como el resto del mundo y quizás más…
El procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, anunció un plan para recoger a esos menores que deambulan por las vías y Luis de León habló en nombre del Ministerio de Educación; pero los resultados solo pueden lograrse si convergen instituciones y voluntades, que hasta ahora no han sido suficientes.
De las calles a las aulas
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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