La sensibilidad y dulzura con que la directora del Centro Cultural Perelló, Julia Castillo, dirige esa entidad, ha sido la clave de tantos éxitos alcanzados durante los últimos años de su fundación en Baní, provincia Peravia,
Desde que asumió la dirección de esta institución, la también artista plástica se comprometió a llevar cultura para el desarrollo de todos los pobladores de esa ciudad, en especial a niñas, niños y jóvenes, a partir de programas encaminados a potencializar la creatividad y talento de quienes viven en condiciones de pobreza y carentes de oportunidades.
Este objetivo se logra mediante talleres de artes, círculo de lecturas, concursos literarios y exposiciones sobre el medio ambiente; así como otras actividades de interés destinadas a estimular y crear conciencia acerca del entorno.
El proyecto estrella del centro es el literario, ya que esta disciplina ha podido atraer más infantes de las comunidades pobres y coadyuvar a construir sus sueños.
Castillo explica que durante un año convocaron a un círculo de lectura y escogieron 50 menores para enseñarles a escribir cuentos, anécdotas y poesías. Utilizaron la metodología de llevarles poetas famosos para que compartieran sus experiencias y así inspirarlos a continuar su ejemplo, dentro de ellos a José Mármol, Mateo Morrison, así como expositores nacionales e internacionales.
“Ellos tienen contacto con los libros y con personajes populares de la literatura; esto les ha llevado a escribir sus propios trabajos”, resalta.
Ante la aceptación obtenida y el entusiasmo de los pequeños por componer sus propias historias, se organizó el Primer Certamen Literario Infantil y Juvenil, en honor al centenario del natalicio de Pedro Mir, poeta nacional, que incluyó 60 estudiantes, de los que seleccionaron 16 ganadores.
“Fue increíble ver como chicos de ocho años escribían poesía con profundidad y un mensaje grandioso. De estos escritos salió el libro Soy Sueño, una recopilación de las mejores composiciones”, manifestó la directora.
Precisó que el resultado fue tan bueno que cuando se lo presentaron a la embajada de Francia, de inmediato ofrecieron ayuda económica para publicarlo. Ahora tienen la idea de venderlo a un módico precio y con el dinero recolectado crear un fondo con el cual puedan poner a la luz nuevas obras.
Julia Castillo confiesa sentirse muy orgullosa de esas criaturas porque no han defraudado el proyecto, ni a todas esas personas que dieron parte de su tiempo para compartir con ellos. “Lo más importante es que han dado un gran ejemplo de valentía y coraje al sacar de sus adentros lo que sienten y expresarlo.
“El programa que impartimos se ha diversificado, ahora están haciendo obras de arte con desechos que son tirados en cualquier lugar, a través del Programa Reciclarte, que tiene como finalidad ensenarles habilidades artísticas, a cuidar la ecología y por supuesto a desarrollar su sentido creativo.
“Queremos niños con una educación integral. Hemos detectado que el medio ambiente es un tema importante y el currículo educativo no le presta la debida atención”, observa la artista, quien añade que también cuentan con huertos escolares que implican el amor a la naturaleza.
-¿Cuáles requisitos contempla el centro?
“El proyecto posee 50 integrantes en edades de 8 hasta a 17 años, que no pueden ausentarse por más de tres sábados. Uno de los problemas es que los padres no son tan activos como quisiéramos y algunos les prohíben a sus hijos participar, por lo tanto la mayor motivación proviene de los maestros.
“Hay casos de niños genios o realmente tristes, que no quieren estar en sus hogares y van por su propia voluntad. Entonces vemos la magia que ha hecho la literatura con ellos, pues ya no se sienten solos y se empoderan de su propia vida, emociones y sentimientos”.
Otras de las actividades del Centro Cultural Perelló es el concurso Descubre tus Raíces, con el cual pretenden que se interesen por saber quiénes componen su árbol genealógico. Para guiarlos cuentan con Manuel Valera, un experto en esa rama.
Finalmente, preguntamos a la activa mujer acerca de cómo fusiona labores de tales responsabilidades con el resto de las actividades en su vida: “Me propuse este reto, no solo dirigir la institución, sino proseguir ese noble propósito de la familia Perelló de incidir en este segmento poblacional para que puedan alcanzar sueños y sentirse felices. También dedico tiempo a mi hija, familia, amistades y ahora mismo he hecho pinturas al óleo, de la belleza de la salina banileja, con las que participo en la exposición Salinas: Blanco, negro y a color, junto al gran fotógrafo Leo Salazar».
El Centro Cultural Perelló cultiva el noble propósito de incidir en niñas, niños y adolescentes de bajos recursos, para que logren sus sueños
Centro Perelló: el vínculo de la niñez con la literatura
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