Con el paso de los años he ido relacionando y aplicando enseñanzas que recibí tanto en el hogar, la escuela y en la vida misma a través de las amistades, vecinos y todo aquello que rodeó mi niñez, adolescencia y los primeros años de mi juventud.
Desde siempre he oído frases, refranes y aforismos con las que personas en particular y el pueblo mismo, tildan, califican ó sentencian a tal o cual semejante por su accionar.
Sin lugar a dudas, de cualquier manera que se asocie o pronuncien frases como éstas: “Cada quien recoge los frutos que sembró”; “El que siembra cosecha” ó “Quién siembra recoge frutos”, es una manera de decir lo mismo, dependiendo de lo que se trate.
Algunas de estas reflexiones coloquiales me han traído confusión al llevarlos a políticos y a la política misma.
Es evidente, a todas luces, que desde que asumió la presidencia de la República, el 16 de agosto del pasado año, el presidente Medina no ha dejado de repetir que su gobierno está dirigido a beneficiar a los pobres, priorizar a la gente más desposeída con políticas sociales que los conduzcan a mejores condiciones de vida, sacándolos de la pobreza y pobreza extrema con la que han convivido toda su vida.
Sus continúas visitas a los diferentes rincones del país llevando esperanza en sus manos, con la que le arrebata sonrisas a gente que nunca pensó tendría tan cerca la mirada amiga de un presidente de la República que ha acudido en su auxilio.
El presidente Medina ha hecho voltear la hoja de gobernar en la República Dominicana. Está sembrando nuestras tierras de futuro con el que productores, agrónomos, ingenieros, emprendedores y gente común ya han sentido florecerse.
Los porcentajes con los que el pueblo ha valorado su primer año de gestión, y que la prestigiosa encuestadora Gallup hiciera públicos, son una muestra fehaciente de que lo ha hecho bien, como dijo que haría “lo que nunca se había hecho”.
Por doquier se oye a gente sencilla decir que Danilo llegó “a tiempo”, mucho antes de que diversos sectores de la vida nacional perdieran los últimos esfuerzos que hacían para sobrevivir con tantas limitaciones y sin oportunidades de crecimiento.
En el sistema educativo nacional disponiendo el cuatro por ciento del producto interno bruto como lo contempló en su Programa Electoral, para que en la República Dominicana no quede ni una sola persona sin saber leer ni escribir, ni un niño que no asista a la escuela, sin un adolescente bachiller sin ir a una de las tantas universidades que existen en el país.
El lanzamiento reciente del Pacto Nacional por una Educación de Calidad para Todos y Todas no tiene desperdicios, sin dudas, el presidente Danilo Medina ha pensado seriamente en el porvenir y, sobre todo, que sea promisorio, para la patria de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón y de todos los que han entregado sus vidas para que se mantenga firme y soberana.
La confusión me viene porque con tan amplio programa social encaminado a cambiar el rostro de la pobreza en el país que lleva a cabo el presidente Medina, y el venidero proceso electora qué, constitucionalmente, no debe, aunque podría presentarse a un segundo mandato consecutivo.
Interrogantes llueven, vienen y van en mi cabeza. Quisiera tener la respuesta a mano y no esperar al tiempo, que lo cura todo, para salir de dudas.
¿Quién recogerá los frutos que Danilo Medina Sánchez ha sembrado desde que llegó al Palacio Nacional el 16 de agosto del 2012?.
¿Quién recogerá los frutos en Educación en la que ha destinado más de cien mil millones de pesos para que las futuras generaciones de dominicanos sean profesionales en las distintas materias del saber con alto rendimiento, conocimiento y rebosantes de capacidad?
¿Quién recogerá los frutos de las tandas extendidas donde los estudiantes reciben enseñanzas en cómodas y amplias aulas, la alimentación digna y de calidad nutricional?.
¿Quién recogerá los frutos de Danilo Medina y su gobierno en el ámbito productivo nacional, los financiamientos a los pequeños y medianos emprendedores nacionales, el apoyo para el surgimiento de medianas empresas y el desarrollo de diversos proyectos de desarrollo?.
¿Quién recogerá los frutos de la popularidad de Danilo Medina, de su forma sencilla de gobernar, de ir hasta la gente del pueblo a despertar sonrisas pese a la deuda social que tiene el Estado dominicanos con ellos por generaciones?
¿Quién heredará el porcentaje otorgado por el pueblo a su gestión?.
¿Quién heredará los frutos políticos?.
Pero no, no voy a detenerme en hacer análisis deductivos ya que la misma reflexión popular arroja toda la claridad buscada, pues debe ser el propio Danilo Medina quien espere que su siembra crezca, florezca y madure para recoger sus frutos que podrían comenzar a gotear un poco más allá del 16 de agosto del 2016.
