Un cabezote de 40 pies “se quedó” en la intercepción conformada por la avenida Lope de Vega y Max Henríquez Ureña, provocando un largo taponamiento vehicular que se ha extendido por casi una hora.
El camión, aparentemente cargado, se trasladaba por la Max Henríquez y cuando intentó hacer un giro hacia su derecha el aparato presentó problemas mecánicos y no pudo seguir moviéndose.
Conductores que acostumbran a pasar por la Lope de Vega se quejaron amargamente por el tapón que ocasionó el camión, el cual estaba custodiado por dos agentes policiales.
Hasta mediados de las tres de la tarde, ningún mecánico se había presentado para solucionar el problema del vehículo, que permanecía quedado “mitad a mitad” de la importante vía capitalina, mientras que decenas de choferes estaban varados en la zona “y no pueden darle ni pa’lante ni patrá’”.
