El cadáver de la patria

“El cadáver de la patria” es el décimo capítulo de mi libro “La novela de la historia”,  –que será puesto a circular próximamente- , en dicho capítulo expreso: “La patria era ya un cadáver en el alma de Santana.
 
Por eso, lo que él anexa a España es tan sólo el despojo de un país”. En los momentos actuales, de cara a una inmigración haitiana de magnitud increíble y ante el olvido del bicentenario del nacimiento del Padre de la Patria, estamos frente a una nueva anexión que podría motivar una Restauración si no se toman los correctivos. Porque si a esta nueva ocupación no se le pone freno esos extranjeros terminarán sin querer desalojando a los dominicanos de su espacio.
 
He sido y soy un defensor de los inmigrantes que empujados por necesidades de existencia buscan ansiosos el pan. No me opongo a quienes en el marco de lo legal establecen su residencia en RD. No caigo en generalizaciones estúpidas ni en racismo y mucho menos en anti haitianismo. Pero tampoco creo en los patrioteros que buscan las raíces de nuestros males en los haitianos. Pero no puedo tapar el sol con un dedo.
 
El país está invadido como consecuencia de un negocio de inmigrantes haitianos al que se le debe poner fin. Si el Primer Mandatario no toma iniciativa en aplicar nuestras leyes migratorias el monto de esa problemática será insostenible. Y el momento es ahora. Solo poniendo a tiempo el candado evitamos daños mayores. Lo grave es que de las opiniones recogidas en este diario se evidencia que cientos de miles de dominicanos están dispuestos a tomar iniciativas puesto que perciben complicidades de parte de sectores económicos que se aprovechan de la mano de obra barata de los inmigrantes haitianos.
 
La regularización de los inmigrantes traería beneficios dobles puesto que al establecer un nuevo status lograrían pagos justos por su labor, fortalecerían su país con su presencia y ambas naciones fortalecerían sus relaciones y la posibilidad de ayuda para desarrollar a quien más lo necesita.
 
Creo correcto que los haitianos deben echar su pleito en su espacio porque el desorden migratorio solo beneficia a los ricos explotadores. Debemos evitar el conflicto, estoy convencido que si las cosas continúan como hasta ahora estamos de frente a una solapada anexión que solo encontrará respuesta con una restauración
 
Todo puede ser evitado. Es hoy y no mañana que el Primer Mandatario se debe empoderar como lo hizo con el oro y dar soluciones patrióticas a este problema esencial de RD. Hay que frenar la inmigración ilegal al costo de la responsabilidad de un jefe de Estado. Nuestra solidaridad con Haití debe expresarse en el entendimiento de que si el vecino no se desarrolla y fortalece su nación, de nada sirve que  le faciliten alojamiento en nuestra casa. Así no se resuelve el problema, porque aquí los recursos no alcanzan. para las miles de dificultades que nos abaten.

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