El 5 de septiembre de este año, el Gobierno dominicano y la empresa minera Barrick Gold firmaron la segunda enmienda al contrato para la extracción de oro de la mina Pueblo Viejo, en Cotuí, con lo que el presidente Danilo Medina conquistó amplio respaldo en la población dominicana, que vio en él un patriota y hombre valiente por la decisión de renegociar un acuerdo donde el país conseguiría mayores beneficios por permitir a una empresa extranjera explotar sus riquezas naturales.
En 2009, cuando el convenio con la Barrick fue aprobado, se expandió el rumor por los corrillos del Congreso de que habría circulado dinero para la aprobación de esa iniciativa. El acuerdo establecía que los extranjeros recuperarían su inversión en apenas unos cuatro años, algo nunca visto de acuerdo al propio presidente Medina. Ahora, el plazo se extiende por unos 10 años.
Cuando arreciaron las críticas contra el convenio con la Barrick, voceros autorizados del pasado gobierno que encabezó Leonel Fernández, salieron a defender sus “virtudes”. De unos 370 millones de dólares que el Estado recibiría en un plazo de cuatro años, el Gobierno de Medina renegoció y en ese período obtendrá dos mil 200 millones de dólares, seis veces más de lo establecido.
Esa iniciativa anunciada (casi a nivel de ultimátum), por el mandatario ante senadores y diputados, en el primer año de rendición de cuentas de su gestión, al parecer fue empañada en parte por la tardanza de la enmienda en llegar al Congreso (más de 11 meses), lo que puso a muchos a dudar de la palabra empeñada por el jefe del Estado, quien expresó su firme decisión de procurar una renegociación, tras definir como “inaceptable” que la minera se llevara el 97% de los recursos obtenidos.
Establecido con claridad el nuevo acuerdo en el cual el pueblo dominicano conseguiría mayor ganancia para permitir que la Barrick sacara su oro, otra “espinita en el zapato” generó fuertes críticas a la administración de Medina, debido a facilidades que permitieron a aquella beneficiarse con la instalación de una planta eléctrica.
Las negociaciones de la segunda enmienda tardaron más del doble del tiempo que los anteriores acuerdos con la empresa canadiense. Esa situación se debió al interés del presidente Medina de no precipitarse, porque el único interés era que el pueblo recibiera lo justo por la explotación de sus recursos naturales, sin diputados ni funcionarios intermediarios que se agenciaran miles de millones de pesos.
El nuevo convenio fue depositado por el Ejecutivo en el Congreso. Actualmente, una comisión bicameral (Senado-Cámara Diputados) lo estudia.
El requerimiento se sustentó en el hecho de que el esquema fiscal aprobado anteriormente no generaba una participación justa a favor del Estado dominicano, más aún si tenía en cuenta que los precios del oro en el mercado internacional se habían duplicado.
Luego de 11 meses, el Gobierno y los ejecutivos de Barrick Gold suscribieron el 7 de septiembre del 2013 la Segunda Enmienda del contrato para la explotación de la mina de oro de Pueblo Viejo, cuyos aspectos generales fueron acordados y anunciados al país el 8 de mayo del 2013.
En un discurso candente y sentencioso ante la Asamblea Nacional, del 27 de Febrero, el presidente Danilo Medina instó formalmente a la Barrick Gold a renegociar el acuerdo que el Estado dominicano y la empresa transnacional habían suscrito el 25 de marzo del 2002, para lo cual otorgó un “tiempo prudente” de negociación que tardó 11 mes, lo que resultó demasiado y desesperante para una cantad considerable de la ciudadanía.
Detalles de la enmienda
La enmienda del acuerdo garantiza que, a un precio promedio del oro de US$1,600/oz, República Dominicana recibirá ingresos de alrededor de US$11,615 millones. Este monto equivale al 51.3% del total de los beneficios brutos, en vez de un 37.1%, que recibía con el viejo convenio.
El ministro de la Presidencia, Gustvavo Montalvo, felicitó al pueblo como el gran beneficiario de este pacto y agradeció el acompañamiento de la ciudadanía en este proceso: «Los dominicanos y dominicanas han entendido que este proceso es una muestra clara de cómo palabras como ¨soberanía nacional¨, ¨justicia¨ o ¨transparencia¨ dejan de ser simples términos de un discurso y se traducen en realidades concretas», aseguró.
Sin embargo, el “clavito en el zapato” de la renegociación fue para muchos la concesión por 40 años a la empresa Barrick Gold para construir, operar, mantener y ser propietaria de una planta de electricidad con capacidad de generación de 215 megawatts.
Se trata de Quisqueya I, inaugurada recientemente con la presencia del Presidente de la República, cuya construcción la empresa inició en el 2012, y cuenta con 12 motores de 18 MW cada uno que, junto con una turbina de vapor en ciclo combinado, alcanza una capacidad total de generación de 215 MW, los cuales pueden funcionar con HFO (Heavy Fuel Oil) o gas natural.
Definitivamente, los clásicos no se equivocaron cuando afirmaron que “las clases no se suicidan”…Aunque aquellos cedieron ante las exigencias populares, terminaron beneficiándose.
Debilidades Gobierno en negociaciones con Barrick Gold
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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