Mi distinguido hermano y amigo (eso ante todo), y cónsul de la República Dominicana en Miami, Florida, Amaury Ríos, está haciendo un excelente trabajo, desempeñando sus funciones de la manera más óptima; pero, a mi humilde entender, necesita hacer algunos cambios en el personal de la oficina que dirige.
Le recuerdo algo que usted sabe de sobra: tiene más de 25 años trabajando para su Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y la comunidad dominicana. Está realizando un tremendo trabajo como cónsul general de la Florida, con su sencillez y humildad ha colaborado con todos sin importar banderías políticas y eso es aplaudible.
Se ha diferenciado de su antecesor, que no era un secreto para nadie en la Florida que era poco colaborador con nuestra comunidad y sus aportes a los medios de comunicación eran exclusivos para determinados programas radiales.
En una reciente visita de miembros de la comunidad y productores de programas radiales de esta ciudad, Amaurys Ríos me ha mostrado que el cambio es grande: coopera con todos los eventos que hasta este momento se han realizado en la Florida; pero, yo no me puedo callar más.
En mi mas reciente visita al Consulado, me di cuenta que algunos empleados que el pueblo dominicano paga se creen que ellos son el cónsul y me paré. Retrocedí en el tiempo y volví a aquel Consulado del gobierno de Joaquín Balaguer, el mismo que era dirigido por el señor Guaroa Liranzo.
Los gestos de la recepcionista y otros empleado ¡waaao…! Se creen los dueños del Consulado, parece que no saben (o se hacen los locos), que su empleo se lo deben al pueblo dominicano que el que paga sus salarios. No quiero que mis amigos del consulado se sientan mal conmigo; pero, esa es la verdadera realidad. Quizás el señor cónsul, por su forma de ser, una excepcional persona, no ha visto o no se ha dado cuenta de lo que allí está pasando.
El pasado viernes, 20 de septiembre, celebramos con un gran éxitos el que posiblemente sea mi último evento público en la Florida, Premios Orgullo de la Diáspora Dominicana y un años mas de mi programa Radial Una Hora y Un Millon de Recuerdos. Gracias mil a los que de una mañera u otra colaboraron con el éxitos del mismo. Ahora, en una nota anterior escribí que me retiraba de los actos públicos en eta ciudad; pero, al final de la misma puse que seguiría en la radio y en este periódico, que se entienda: seguimos en la Diáspora Dominicana.
Pensamiento: estar en paz con Dios y con todos, es estar tranquilo consigo mismo.
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