Si llegaste en coma, en silla de ruedas, en camilla, arrastrándote o por tus propios pies al hospital Darío Contreras y te indican una radiografía, lo mejor será que honres el mote que le ponen a todo el que acude a un centro de salud y seas “paciente”, porque lo que allí se forma no tiene nombre.
Al Darío Contreras hay que ir de pasadías, con más paciencia que tiempo, porque por más que “brinques y saltes” te tocará pasar horas en una fila si quieres lograr que te saquen una placa.
Puedes ser de Mata las Yayas, Barahona, Dajabón, Higüey o residir en Alma Rosa, detrás del centro de salud, todos deberán ponerse en cola si quieren ser atendido y si por decisión del Divino te toca partir ese día, empieza a rezar temprano, porque la hora te llegará esperando ver al radiólogo.
Pero eso no es nada señor o señora paciente, no se mortifique, recuerde que con paciencia y calma se encarama un burro a una palma. Goce usted de las mismas condiciones si quiere hacerse una radiografía y que ¡San Ramón lo saque con bien!
