Santiago.- La avalancha de haitianos que llegan por la frontera domínico-haitiana, muchos de ellos con intención de viajar en yolas a Puerto Rico, utilizando a la República Dominicana, tiene preocupadas a las autoridades de ambas naciones.
La Cuarta Brigada del Ejército Nacional en Mao, informó que desde el martes al viernes han sido repatriados al menos 200 haitianos que fueron apresados por militares cuando intentaban llegar a la ciudad de Santiago.
Algunos de los extranjeros arrestados dijeron que su intención era quedarse en el país, pero otros explicaron que tenían planes de seguir hacia Puerto Rico.
“Allá en Haití no hay empleo, no hay comida, hay mucha inseguridad, nuestros niños no pueden ir a la escuela porque no hay aulas suficientes, es algo horrible lo que estamos pasando”, se quejó Renete Oguí, uno de los inmigrantes apresados y devueltos a su país.
Oguí indicó que buscará todos los medios para regresar a República Dominicana, porque no puede seguir en Haití, debido a que está pasando mucha hambre junto a su familia.
El evangelista haitiano Paul Batiste expresó que en la isla hay mucha diferencia.
“La parte occidental ó francesa de la isla que ocupa Haití tiene muchos problemas, no hay empleos, hay escasez de alimentos, los pocos hospitales son un desastre, mientras los niños no pueden ir a la escuela por muchísimas razones y a eso se añade la inseguridad que es rampante”, dijo el religioso.
Explicó que en la parte que ocupa República Dominicana, la situación es muy distante a la de Haití y que por tanto los dominicanos tienen que esperar y acostumbrarse a un mayor incremento de la inmigración de haitianos.
Shaorithen Miná Pierre, otra inmigrante apresada por el Ejército y repatriada, en medio de llantos dijo que vendía dulces en su pueblo natal de Trou Do Nort, al norte de Haití, pero que no le iba bien porque hay más vendedores que compradores.
“ La gente quiere comprar, pero no tiene dinero, mi esposo tiene dos años que falleció, tengo cinco hijos, la más grande de 13 años y el más pequeño de 2, los dejé bajo el amparo de mis padres, tomé dinero prestado y decidí emigrar a República Dominicana, pero me apresaron”, indicó mientras las lagrimas corrían por sus mejillas.
La inmigrante lamentó que ahora se enfrenta a un doble dilema en su país, puesto que seguirá pasando hambre junto a sus hijos y sus padres, y a la vez a la presión de la persona que le tomó el dinero, que puede incluso hasta secuestrarla y atentar contra su vida si no salda la deuda.
“Prefiero quedarme en Ouanaminthe, (un pueblo haitiano ubicado a 600 metros de la ciudad dominicana de Dajabón).”Pero allá tampoco la gente nos quiere, los que viven en Ouanaminthe no quieren ver gente extraña deambulando por sus calles, la Policía Haitiana nos apresa y nos maltrata”, se quejó.
Otros de los haitianos repatriados advirtieron que Haití quedará despoblado, porque la gente ha perdido la esperanza y que en su mente solo persiste la sensación de emigrar a República Dominicana y otros países e islas vecinas.
“Haití es para los ricos, no para los pobres, no es igual que en República Dominicana que la gente te brinda comidas, allá el que más puede no le da nada al que menos puede, prefieren echar las sobras de alimentos a los perros o botarlas al zafacón antes de dársela a un hambriento: La gente en mi país es bien mala”, se quejó Trinite Montolío, una haitiana indocumentada que desde hace seis meses cuando cruzó la frontera se dedica a la venta de ropas en la ciudad de Santiago.
Autoridades están alarmadas por avalancha haitianos
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