Boston.- Los Medias Rojas de Boston tienen casi todo a su favor para coronarse campeones de la Liga Americana este sábado o el domingo en el Fenway Park. Bueno, casi todo.
Boston, que domina 3-2 la final del joven circuito, recibirá a los Tigres de Detroit este sábado en el juego #6 con el derecho Clay Buchholz en el montículo.
Los Medias Rojas tienen 9-3, incluyendo 5-0 en casa, en sextos partidos de Series de Campeonato. Si Detroit empata la serie, el séptimo y definitivo duelo se jugaría este domingo.
Pero para avanzar a la Serie Mundial por primera vez desde el 2007 y 12da. ocasión en su historia, Boston debe pasar por encima de uno de los mejores dúos de pitchers abridores de la actualidad: Los derechos Max Scherzer y Justin Verlander, quienes se combinaron para permitir dos carreras y ponchar 23 bateadores en 15 entradas en los juegos 2 y 3.
«Hay que salir ´a meter mano´y golpea primero. Ese es un equipo con un pitcheo tan bueno, que no puedes darte el lujo de darle oportunidades», dijo David Ortiz, el bateador designado de los Medias Rojas.
Básicamente, Boston no pudo «meterle mano» a Scherzer y Verlander en la primera vuelta de la serie, sin embargo, por esas cosas del béisbol, la pareja se fue sin victorias y los Medias Rojas ganaron ambos compromisos.
Scherzer permitió dos hits y una carrera y ponchó 13 bateadores en siete entradas, pero el bullpen de los Tigres no pudo mantener la ventaja el domingo en Fenway Park. Un jonrón con bases llenas de Ortiz contra el cerrador Joaquín Benoit empató 5-5 en el octavo y un sencillo de Jarrod Saltalamacchia impulsó la ganadora en el noveno.
El martes en el Comerica Park, Verlander perdió un duelo 1-0 ante John Lackey. Verlander lanzó ocho innings de cuatro hits, una carrera y 10 ponches, pero permitió un jonrón solitario a Mike Napoli en el séptimo.
«Eso evoluciona dentro del juego», dijo el manager John Farrell el viernes sobre enfrentar a Scherzer, un lanzador que Boston no tuvo muchas oportunidades de ver en la serie regular. «Probablemente es la misma respuesta a la pregunta sobre [Anibal] Sánchez ayer, hay una familiaridad un poco más reciente, sobre todo ante un equipo que no vemos con tanta frecuencia», agregó.
«Pero la experiencia reciente da un poco de nivel de comodidad a los muchachos que van al plato a enfrentarlos. Yo creo que los Tigres podrían estar en la misma situación con Buchholz», dijo Farrell.
Boston batea .293 con siete anotadas en los últimos dos partidos, después de hacerlo para .133 con siete anotadas en los primeros tres. En la serie regular, lideró el béisbol con un promedio de 5.3 carreras por juego.
Si por alguna razón se complican la vida contra Scherzer, en un juego de vida o muerte enfrentarían a Verlander, quien tiene efectividad de 0.39 y 31 ponches en 23 entradas en sus tres aperturas del actual octubre.
Para el sábado, Farrell planea mantener en la tercera base al arubano Xander Bogaerts, al mal enrachado Stephen Dew (de 32-3 en la postemporada) en el campocorto, al caliente Mike Napoli (12-6, con dos dobles, dos jonrones y dos impulsadas en los últimos tres juegos) en primera base y Saltalamacchia regresará a la receptoría.
En los otros puestos no hay misterios, aunque el capataz admitió que le ha pasado por la cabeza bajar en la alineación al jardinero Shane Victorino, quien solamente ha conseguido dos hits en 21 turnos en la Serie de Campeonato y batea .229 en playoffs.
«Han habido pensamientos, pero no al punto de hacer un cambio», dijo Farrell.
«En playoffs, hay mucho más que depende de las decisiones, mucho más escrutinio y mucha más urgencia», agregó.
Boston busca acabar hoy, pero a Detroit les quedan Scherzer y Verlander
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