Estudios recientes estiman que la mitad de las parejas que contraen matrimonio terminan en divorcio. Muchas parejas eligen la separación incluso luego de largos años de matrimonio. ¿Será que la rutina puede romper con el amor más fuerte? ¿Por qué, luego de tantos años, las parejas se divorcian? ¿Es posible arreglar la relación o es preferible seguir caminos separados?
“Si no me hubiera separado, estaría igual que mis amigas que siguen con sus esposos por no quedarse solas”, me dijo una paciente cuando logró calmar un poco su angustia, estaba deprimida y según ella misma contaba, pasando por uno de los momentos más duros de su vida, a los 60, luego de terminar con un matrimonio de casi 30 años y perder su trabajo. “Sin embargo, a pesar de la soledad – repetía – no volvería con él”.
¿Qué ocurre con las parejas que luego de vivir tanto tiempo juntos deciden dejar de vivir juntos y compartir sus vidas? Se estima que el 50 por ciento de los matrimonios (¡la mitad de las parejas que se casan!) terminan en divorcio durante los primeros 25 años de casados, y según datos del censo norteamericano de 2008, las tasas de divorcio alcanzan su pico más alto a partir de los 40 años y hasta los 65. ¿Adónde se va el amor y todo el entusiasmo de construir una vida juntos?
En la mayoría de los casos se trata de compañeros que lenta y silenciosamente han sobrellevado problemas o incompatibilidades que finalmente terminan con la separación de la pareja. Hay una frase que se escucha frecuentemente que dice que los miembros de la pareja han crecido a destiempo. Y quizá tenga algo de cierto esta afirmación, pues todos cambiamos a medida que pasan los años y es posible que nuestros gustos y deseos dejen de ser compatibles con los de nuestras parejas. (Sigue…)
