Si bien el representante en República Dominicana de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Gero Vaagt, dijo en su momento que el país cumplió el Objetivo del Milenio en materia alimenticia, al reducir el hambre en un 50%; de igual manera informó que todavía resta erradicar este flagelo, pues el país continúa con los más altos los índices de pobreza y de desnutrición.
La vicepresidenta Margarita Cedeño trabaja para que más de 115 mil 300 personas se beneficien con un proyecto contra la desnutrición, impulsado como parte del llamado programa Progresando con Solidaridad y en esa dirección firmó un acuerdo con el representante del Programa Mundial de Alimentos, Jorge Fanlo.
Lo más penoso aún es que los compendios mundiales siguen sustituyendo nombres de seres humanos, como un número más. Por ejemplo: “Más de 900 millones de personas padecen hambre crónica en el mundo y el quince por ciento de la población se acuesta sin comer todas las noches, un fenómeno que se ha visto agravado por la especulación sobre productos alimenticios y por el consiguiente aumento de los precios”, revela el Informe Mundial sobre Desastres 2011 de la Cruz Roja.
De manera que ni los objetivos del Milenio, ni el resto de las infructuosas políticas globales revelan que el desastroso y criminal azote dejará de seguir robando vidas en este universo nuestro. Ah, y pensar que República Dominicana galopa entre los primeros provoca mucha tristeza, mucho más en estos días que corren del siglo XXI…
Desnutrición
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