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Tiene que ser antes de 2020

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Un día después de lo previsto concluyó la cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP19), “con la activación de un mecanismo de ayuda a las naciones más vulnerables a los efectos climáticos extremos”, y la aprobación de un conjunto de planes establecidos por 48 de los países más humildes del planeta; en tanto que los más desarrollados como Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Alemania, Noruega, Suecia y Suiza , dijeron que “ya han pagado o comprometido más de 100 millones de dólares para el Fondo de Adaptación”, y  que ahora empiezan a financiar proyectos nacionales.
 
No obstante, naciones en vías de desarrollo, como Cuba, exigieron ante la Conferencia que los industrializados aceptaran su “responsabilidad histórica” y asumieran las principales obligaciones para mitigar los daños realizados al planeta.
 
La ministra cubana de Ciencia, Tecnología y Medioambiente, Elba Rosa Pérez, consideró “el liderazgo moral de este proceso” que han asumido los pueblos con menos recursos, cuyo mayor esfuerzo- dijo-, se hacen más palpables en la mitigación de las emisiones, responsabilidad que pertenece a los más desarrollados”, subrayó.
 
La pronta ratificación del Segundo Periodo del Protocolo de Kioto por parte de los países del llamado primer mundo; así como el establecimiento de compromisos comparables por los que no son parte de este instrumento, fueron exigencias expresadas en este magno encuentro, que puso a la luz, una vez más, la necesidad de “implementar el Fondo Verde como principal vía para la canalización de estos recursos y asumir el mecanismo internacional sobre Daños y Pérdidas”.
 
Si bien es cierto que los planes nacionales de cada quien, implica el fortalecimiento de sus capacidades en el estudio de los peligros, riesgos y vulnerabilidades,  e impone desarrollar acciones para elevar la eficiencia energética y aumentar la participación de diversas fuentes de energía renovable en la matriz energética nacional, también es verdad que tal y como aseguró el embajador Marelene Moses, presidente de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (Aosis), tras  recordar la urgencia de gestiones por la tragedia del supertifión Haiyan en Filipinas, “la ciencia, las tormentas, y el sufrimiento nos gritan que tomemos acciones urgentes, y aunque podría ser muy tarde para las comunidades devastadas en Filipinas y tantas otras comunidades vulnerables que sufren los efectos del cambio climático, podemos evitar más tragedias innecesarias si actuamos ahora, pero tiene que ser antes de 2020”.

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