Okolo que se cuide

Invitado por el padre Abraham Apolinario, a quien en el Episcopado le cortan los ojos, Monseñor Okolo (al que hay que decirle Su Excelencia Señor Don Usted, como Nuncio Apostólico de Su Santidad Francisco) ofició la Misa del Gallo, no en la Primada o en algún otro templo de la San Martín hacia abajo, sino en pleno Capotillo, entre desarrapados dominicanos y haitianos, todos juntos. Abogó con pasión, en español y creole, por la paz entre estos dos pueblos. (Le recomiendo que recuerde a Juan Pablo I y no acepte que le sirvan un té antes de acostarse). –

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