Los ambientalistas están preocupados con el fracking, o procedimiento que implica la inyección a presión de “algún material en el terreno, con el objetivo de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo, favoreciendo así su salida hacia el exterior”.
Explican que no se trata solo de los miles de millones de litros necesarios para la explotación, sino también el agua residual; “los tóxicos que se utilizan; la posible contaminación de los acuíferos y la posibilidad de que se produzcan minisismos en las áreas explotadas”,
Controversial el tema que agrupa a favor y en contra; pero la verdad es que fue prohibido en Francia y Bulgaria, así como en Vermont (Estados Unidos) y Quebec (Canadá), mientras que en Nueva York y otras regiones de Europa se han aprobado moratorias (suspensiones). Movimientos culturales antifracking se han erigido, con figuras como Yoko Ono, Robert de Niro y Salman Rusdhie entre sus firmantes.
Ahora, se habla de que la UE abre la puerta al fracking y anuncia un paquete de medidas para regular los combustibles no convencionales, según dio a conocer la prensa internacional.
Los propios medios de comunicación hablan de una expectativa más exigente, “en consonancia con informes encargados por instituciones comunitarias. Pero, la presión de varios países ha rebajado las medidas hasta convertirlas en no vinculantes”.
Y así van las cosas por este mundo. Se supo que en 2012 se detectaron “hasta 11 vacíos legales en materia de residuos mineros, de agua, de evaluación ambiental, etc que deberían ser subsanadas”. Pero, pese a que existen informes anteriores del parlamento europeo y se infiere la necesidad de “nueva legislación”, con “una exigente directiva que convirtiera las nuevas normas en vinculantes”, los oídos andan medio sordos a “abandonar la senda de los combustibles fósiles y avanzar hacia unas políticas energéticas basadas en las energías renovables”.
Unos 22 países firmaron la carta donde advierten las amenazas de esta actividad y las protestas tienen lugar, sobre todo donde se planeaban planes de perforación como Zurawlow (Polonia), Balcombe y Barton Moss (RU) o Pungesti (Rumanía), todo lo cual tuvo serias represiones policiales.
Textos consultados para redactar estas líneas asumen que “la Comisión europea ignora así el resultado de la consulta pública que realizó en 2013, donde el 64% de los europeos se mostraron contrarios a la explotación de los gases no convencionales y un 20% opinó que solo debería explotarse bajo una estricta regulación”.
Se vincula, este movimiento antidemocrático de la Comisión europea con los tratados de libre comercio entre la UE y EEUU y Canadá, los cuales- como se ha visto sucesivamente en la historia de la humanidad-, “favorecen a las grandes empresas en detrimento de las sociedades”.
Urge que la directiva de Evaluación de Impacto ambiental actúe y se hagan valer las enmiendas que exigen someter y regular el “fracking”. Los argumentos pesan más que las improvisadas decisiones.
Controversial “fracking”
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