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Lo que faltaba: El Sol se está durmiendo

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Algo raro está pasando en el Sol, un fenómeno que los científicos no terminan de comprender. Richard Harrison, jefe de física espacial del laboratorio Rutherford Appleton, en Oxfordshire, Inglaterra, manifestó que “en los 30 años en que he sido físico solar, nunca he visto algo así”.
 
La doctora Lucie Green, del laboratorio de ciencia espacial del University College de Londres, dice que la situación actual “tanto a mí como a muchos otros científicos solares nos ha tomado completamente por sorpresa”.
¿Qué es lo que sucede? Sencillamente, el Sol parece estar durmiendo… una siesta inesperada. Su tranquilidad desafía todo cálculo.
 
Hace cien años que el astro no se muestra tan tranquilo, lo cual es más sorprendente dado que en este momento debería tener una actividad intensa, ya que está en el punto cumbre de su ciclo de once años.
 
El Sol debería estar ahora mismo pletórico de llamaradas gigantes y enormes eyecciones de masa coronal, pero su nivel de actividad continúa bajando a gran velocidad, y su tranquilidad genera intranquilidad en los especialistas. Algunos señalan que el Sol podría estar sumiéndose en un período conocido como el mínimo de Maunder, hecho que sucedió en el siglo XVII.
 
No obstante, ni siquiera en aquel entonces la actividad solar había disminuido tan rápido como ahora; un análisis de núcleo de hielo ha demostrado que este comportamiento no se da desde hace 10 mil años. El mínimo de Maunder, por su parte, vino acompañado, en aquel entonces, por inviernos mucho más fríos que lo acostumbrado, a punto tal de que dicha época fue nombrada como la “mini edad de hielo”. Los científicos están preocupados, y dedicados a investigar si, en efecto, el mundo se conduce a una nueva época como aquella.
 
(…)La era de inactividad solar en el siglo XVII coincidió con un período de inviernos amargamente fríos en Europa.
 
Los londinenses disfrutaron haciendo ferias sobre el congelado río Támesis, aumentó la cubierta de nieve en todo el continente y hubo una helada sobre el mar Báltico. Las condiciones eran tan duras que algunos lo describieron como una mini Edad de Hielo.
 
Olas de frío
 
Los científicos están desconcertados.
 
Lockwood cree que este efecto regional pudo en parte haber ocurrido por la falta de actividad en el Sol, y puede volver a ocurrir si nuestra estrella continúa silenciándose.
 
«Por el momento es un tema muy activo de investigación, pero creemos que existe un mecanismo en Europa en el que debemos esperar inviernos más fríos cuando la actividad solar está baja», agrega.
 
El especialista considera que este efecto local ocurre porque la cantidad de luz ultravioleta radiante del Sol disminuye cuando la actividad solar decae.
 
Esto significa que menos radiación UV golpea la estratósfera -la capa de aire que se encuentra en lo alto de la Tierra- y esto a su vez alimenta una corriente en chorro -la corriente de aire que fluye rápido en la super atmósfera, que puede determinar el clima-.
 
Según Lockwood, los resultados de este fenómeno se pueden sentir mayoritariamente sobre Europa.
 
«Estas son grandes serpientes en la corriente en chorro, y se les llama bloqueo de eventos porque bloquean la humedad normal, los vientos moderados que nos llega del Atlántico y en vez de eso recibimos aire frío arrastrado del Ártico y Rusia», explica.
 
«Esto es lo que llamamos una ola de frío, una serie de tres a cuatro olas de frío consecutivas es un invierno frío. Y esto es lo que probablemente veremos en la medida que baje la actividad solar».
 
¿El Sol o los humanos?

La aurora boreal podría perder intensidad por un tiempo.
 
¿Podría este cambio regional en Europa tener un golpe de efecto en el clima global? ¿Cuáles son las implicaciones para el calentamiento global?
 
En un informe reciente del panel climático de Naciones Unidas, los científicos concluyeron que tenían una certeza del 95% de que los humanos eran la «causa dominante» del calentamiento global desde los años 50, y si los gases que provocan el efecto invernadero continúan creciendo al ritmo actual, ello podría significar un aumento de la temperatura de hasta 4,8C.
 
Y mientras algunos discuten que los flujos y reflujos en la actividad del Sol están influyendo en el clima, anulando el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero, el panel intergubernamental en Cambio Climático concluye que la variación solar sólo hace una pequeña contribución al clima de la Tierra.
 
El profesor Lockwood señala que mientras la luz UV varía con la actividad solar, otras formas de radiación del Sol que penetran a la tropósfera (la capa de aire que está en contacto con la superficie terrestre) no cambia tanto.
 
«Si tomamos toda la ciencia que conocemos sobre cómo el Sol emite luz y calor y cómo ese calor y esa luz alimenta nuestro sistema climático, y nos fijamos en el sistema climático global, la diferencia que hace, incluso cuando regresa a las condiciones de mínimo de Maunder, es muy pequeña», explica.
 
 
«He realizado una serie de estudios que demuestran que cuando mucho podría darte cinco años más antes de alcanzar un cierto nivel de temperatura promedio global. Pero eso no quiere decir que en una base más regional no se produzcan cambios en los patrones al que nos hemos acostumbrado de nuestro clima».
 
Pero Green aclara por su parte que el clima no sería la única consecuencia de un período de inactividad.
 
«Si el Sol llega a estar muy calmado, una de las pocas cosas que podría suceder es que tendremos muy pocas exposiciones de las luces del norte. Ellas son impulsadas por la actividad solar, así que nos perderemos de este hermoso fenómeno natural», señala la experta.
 
Aunque también podría haber consecuencias positivas.
 
«La actividad solar impulsa toda una gama de clima espacial, y estos tienen un efecto en los sistemas de electricidad, en satélites, en radio comunicaciones y en los GPS de los navegadores satelitales», agrega.
 
Y mientras que los científicos no pueden descartar que las explosiones aleatorias pueden todavía ocurrir, los períodos más calmados del clima espacial podría ayudar a mantener la infraestructura tecnológica de la que tanto dependemos.
 
Si bien no se entienden completamente todas las consecuencias de un Sol que se está silenciando, una cosa de la que los científicos están seguros es que nuestra estrella es impredecible, y cualquier cosa puede ocurrir.
 
«Esto se siente como un período en el que es muy extraño, pero también acentúa en el hecho de que en realidad no entendemos la estrella en la que vivimos», señala Harrison. «Porque es complicado, es una bestia compleja».

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