La experiencia maestra fiel nos enseña que el bien nace de la compañía de lo honesto y lo honesto es bueno por si solo. Se pierde quien tiene mucho y desea más, esto indica que considera que todavía no tiene lo suficiente y si tiene lo bastante, ha conseguido aquello que jamás ocurre en el rico, o sea el fin de los propios deseos. La avaricia lo domina, nunca es poco lo suficiente y lo que no es bastante nunca es mucho. Lo que la naturaleza determina ser suficiente, no lo es para el hombre. Vemos que ambiciona más aún después de tenerlo todo.
No veo a nadie que el dinero lo hace rico, al contrario, le crece el apetito, ansiedad que lo empuja a tener más y más. ¿Cuál es la causa de ello? Les digo, quien más tiene más comienza a poder tener. No viven bien, han perdido la razón.
Papá nos decía que “cada loco con su tema”. El mío es que no soy yo quien invita a conocer los sabios, es alguien que nos guía para crecer en la búsqueda de la realización. Esto lo viví hace sesenta y un veranos, en Cannes, Francia, donde por las tardes los pasos iban hacia la biblioteca municipal. Allí el alma juvenil se enclaustraba en las redes de la sabiduría griega. Las máximas son un estímulo agregado que se necesitan para hacer una vida feliz y satisfactoria que nunca antes.
Pitaco de Metilene inculca lo suficiente: “El poco era más grande que el todo”. Si no se tiene nada, no se necesita nada. Solo lo suficiente. No conocer el más por más. Cleóbulo enseña a evitar contrariedades. “Tratar con las personas pertinentes”. De Solón la modestia. “Aprende a obedecer y aprenderás a mandar. Séneca a lo que exige el pudor y la decencia. “Solo es útil lo honesto”. Para nosotros estos ilustres ancianos continúan presentes, son como corrientes que se mueven en el aire y entran en la razón. Vivir en lo suficiente es conocerse. Altar de lo innecesario para el óptimo bien. La felicidad.
La naturaleza del mar nos entregó la sinceridad y humildad. Hoy alejado de las inquietas olas hijas del viento, abrazado a estos dos amores, la paz ha sido tallada con un pedazo de piedra de la vida y pulida con cuidado en el taller del tiempo. Estar activo, me ocupo de llenar todo el tiempo haciendo algo en asiduidad constructiva. Conversar con los amables lectores es continuar, la vida no se detiene. El propósito es grabar lo que considero mi verdad en pro del bienestar de todos, Es que hemos sido creados para la humanidad. En esta oxidación comprendo más, eso es amar.
Nuestro invitado de hoy es un refrán que mi padre José expresaba y explicaba: “Cada palo aguante su vela”. Significando que cada uno debe aguantar la parte que le corresponde en una responsabilidad o la consecuencia de sus propios actos.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
Meditabundo: Ser libre. Encontrarse consigo
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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