La noticia de que el Gobierno pretende aumentar el precio del peaje hacia los pueblos de interior del país, desde la capital, y viceversa, ha dado pie a una nueva lucha, donde por primera vez el pueblo y los sindicalistas están aunando esfuerzos para evitar que ese impuesto sea concretado.
Resulta contraproducente e ilógico que con la pesada carga impositiva que lleva sobre sus hombros la población dominicana por el incremento de los combustibles y los productos de primera necesidad, debido a la pasada reforma fiscal generada por el hoyo financiero que dejó la administración de Leonel Fernández, a lo cual se sumaría ahora la tarifa del peaje.
Esto, a sabiendas de que gran parte de los provincianos trabajan, estudian y se ganan la vida en la capital. Algunos poseen sus vehículos propios o comerciales; pero otros muchos no, lo que significa que tendrían que sacar más dinero de sus bolsillos, pese a lo poco que les entra; sin obviar a quienes abandonarían sus estudios, porque no resultan sostenibles los viajes hacia los centros de enseñanzas.
Según esta modificación, el precio del peaje para entrar y salir de Santo Domingo registrará un alza del 233.33%, monto desorbitante para la mayoría de escasos recursos que diariamente debe pasar por ese tragamonedas.
Ante todo este panorama cabe preguntar ¿Hasta dónde quieren llevar al empobrecido e indefenso pueblo dominicano? ¿Cuándo habrá algo que en vez de perjudicarle, le beneficie?
Cada vez más en República Dominicana las cosas se ponen color de hormiga. Los criollos no merecen ser tratados como burros de cargas. Así no se puede.
Como burro de carga
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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