La política es una ciencia muy dinámica. Dentro de su dinamismo existen las coyunturas favorables y desfavorables.
Las actuales coyunturas, indudablemente, no benefician al ex presidente Leonel Fernández.
El mismo día en que el periódico Primicias publicaba una información de supuestos rumores de que Fernández estaba “deprimido”, su principal colaborador, el senador Félix Bautista, dice ser un perseguido político del procurador Francisco Domínguez Brito.
Resultaría curioso que un legislador oficialista sea perseguido por su propio gobierno. ¿Tiene el procurador las agallas para meter preso a Bautista? Lo dudo.
«No voy a declarar, porque el origen de todo esto es una persecución política», declaró Félix Bautista, según una crónica del periodista Federico Méndez en el Diario Libre.
Félix intimó mediante acto de alguacil al procurador para que le remita las pruebas del expediente sobre una investigación de acción penal pública contra él.
He dicho que con Bautista no debe haber prejuicio o acoso. Sin embargo, nadie se puede molestar porque lo requieran para que haga algún tipo de aportación a un tribunal.
Nadie está por encima de la ley, ni el Presidente de la República, los legisladores: desde el ciudadano más humilde hasta el empresario más prominente deben obedecer a un mandato de la Justicia.
Sobre la supuesta depresión de Fernández, de ser o no así, éste es humano (no es una máquina). Se puede ver afectado por todo lo que aqueja a las personas.
Según Primicias, Fernández estaría afectado por las derrotas que sufrieron sus seguidores en el proceso interno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
«Mortal y moral»
Lo de Radhamés Jiménez es un mal ejemplo y una estocada “mortal y moral” a la lucha contra la corrupción. Jiménez es el abogado del alcalde de San Francisco de Macorís, Félix Rodríguez.
Son irritantes los privilegios con este síndico, acusado de robar al Estado más de 100 millones de pesos, pero en ningún momento puso un pie en la cárcel.
Lleva un mal mensaje a la sociedad que un ex procurador, recién electo miembro del Comité Político del partido oficial, cercano a Leonel Fernández, sea el abogado de un funcionario acusado de estafa.
Es un mal ejemplo para los hijos de Radhamés, para su partido y los contribuyentes, que ven cómo, sin ningún castigo, funcionarios corruptos se llevan en las uñas el dinero de sus impuestos.
Si desde el gobierno y el PLD no se predica con el ejemplo, la política de bienestar social que enarbola el presidente Danilo Medina no irá a ningún lado.
Ningún país ha logrado la distribución de su riqueza si no castiga a los corruptos, estos se roban el dinero de la salud, educación, seguridad ciudadana y demás.
Se debe acabar con la complicidad-impunidad, los poderosos que saquean el Estado no caen presos. Sólo se castiga la corrupción de miseria: cae preso el que se roba una gallina, los que roban y atracan para comer.
valenzuelarobert78@gmail.com
Mal ejemplo de Radhamés Jiménez
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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