Los Ángeles.- Blake Griffin rompió una marca histórica reservada para los mejores. El delantero de Los Angeles Clippers ha ingresado en el selecto club de jugadores que han logrado 6 mil puntos, 3 mil rebotes y mil asistencias con 50 por ciento de efectividad a canasta.
Antes lo lograron Kareem Abdul-Jabbar y Charles Barkley, y ahora lo ha conseguido un jugador que está rompiendo moldes con tan sólo 24 años de edad (el domingo cumplirá 25) y antes de haber cumplido los cuatro años como profesional en la NBA.
«Es un honor y estoy abrumado por estar en esa compañía. Se lo debo todo a mis compañeros de equipo», afirmó Griffin tras anotar 30 puntos y alcanzar 15 rebotes en la victoria de los Clippers ante Golden State Warriors, gracias a la cual han encadenado nueve triunfos al hilo y han logrado superar a Houston Rockets en la tercera plaza de la Conferencia Oeste.
Los números de Griffin no son más que el reflejo brutal de un jugador brutal. Sin complejos, con una versatilidad abrumadora con un físico imponente, con una inteligencia singular que saca de quicio a sus rivales y que le coloca en el lugar adecuado en el momento justo.
«Se lo estaba comentando a Danny (Granger) y no voy a mentir: estaba esperando que la pelota saliera del aro si iba a ir por ella tan duro. Estaba en la línea de tres puntos cuando lanzó el balón y salió perfecta. Tuve suerte», recordó el jugador.
Griffin es trabajo, seriedad, competitividad y un portento del juego. Sus cualidades y potencia le convierten en el jugador que es: uno de los mejores de la NBA; y que será: un firme candidato a erigirse como MVP.
Y no habrá que esperar años para verle levantar el trofeo al mejor jugador de la liga. El proyecto en el que se encuentra, con unos Clippers capacitados para aspirar a una final de Conferencia y algo más, es de garantías.
Por los compañeros que tiene, por contar con un coach como Doc Rivers, capacitado para insuflar victoria en vena a sus pupilos, por las dosis de confianza que están adoptando los angelinos gracias a sus nueve victorias al hilo y a la capacidad para dejar en la cuneta en el último mes a equipos de la talla de Houston Rockets, Oklahoma City Thunder o Portland Trail Blazers.
«Tan sólo intento explicar a mis pupilos que hay que ganar. He venido a ganar y eso es lo que quiero que hagan», afirmó el coach con humildad.
Griffin acumula 25 partidos anotando más de 20 puntos por cita. En ese periodo, logró 30 o más en 10 ocasiones (incluida la cita ante los Warriors) y 43 una vez.
A Griffin le quedaban cinco rebotes para llegar a los 3 mil en su corta carrera deportiva antes de la importantísima victoria de su equipo ante los Golden State de este miércoles. Fueron capaces de sobreponerse con autoridad al buen juego desplegado por Stephen Curry, Andre Iguodala y compañía. Batió la marca con soltura al alcanzar 15 rebotes y su nombre ya ha pasado a la historia.
«No puedo encontrar palabras. Estoy orgulloso por cómo luchamos y cómo afrontamos la situación entre todos», declaró Griffin. «Lo pasamos mal en determinados momentos, fallamos muchos lanzamientos, algunos eran fáciles, tuvimos pérdidas estúpidas, pero los chicos siguieron luchando. Estoy orgulloso de cómo jugamos», apuntó.
Abdul-Jabbar y Barkley son los únicos jugadores que guardan el récord que acaba de lograr el producto de la Universidad de Oklahoma. Estamos hablando de dos jugadores que han sido MVP y miembros del Salón de la Fama. Una demostración de que no hay techo que frene las ansias de triunfo de un jovencísimo Griffin.
Griffin se mete en lucha por el MVP
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