Puerto Plata entero (salvo los beneficiarios del irritante desafuero) pide a la burocracia estatal, tan vocacionalmente dada a la reiteración del absurdo, si ya olvidó que al pujante proyecto de desarrollo turístico de Costambar se lo llevo el carajo, en cosa de meses, cuando a un genio se le ocurrió autorizar una contaminante generadora de electricidad en su hermosa playa, para que ahora venga otro engendro antiturístico: una planta flotante que va a poner precisamente a flotar el esperanzador rescate del turismo en estas casi desiertas y esplendorosas playas, desde Maimón hasta Sosúa.
