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Meditabundo: Tales de Mileto-Carlos Marx-Juan Pablo II

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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La tardanza es la negación basada en una expresión o manifestación contraria a lo que se sabe para que Loma Miranda sea parque nacional. Nos preguntamos. ¿Qué es más importante, necesario, básico, esencial para la vida de la familia dominicana, el negocio del metal o el agua? El primero de los siete sabios antiguos de Grecia, Tales de Mileto (642?-548?), afirmaba que el agua es el principio, que el elemento de todas las cosas es húmedo y que el calor mismo surge de la humedad y que de ella vive el principio de todo y de donde nacen las semillas de todas las cosas y tienen naturaleza húmeda. Tales con vehemencia predicaba que Dios es la mente del mundo y que el todo está dotado de alma y lleno de démones, y a través de la humedad elemental penetra una fuerza divina que la mueve.
 
El filosofo economista Carlos Marx (1818-1883) nos deja esta sentencia: “La economía es la ciencia de las miserias humanas”. El papa Juan Pablo II, durante una homilía celebrada en la Habana Cuba, (enero 1998), al capitalismo lo llama salvaje. Estas fueron sus palabras: “Por otro lado surge en varios lugares una forma de neoliberalismo capitalista que subordina la persona humana y condiciona el desarrollo a las fuerzas ciegas del mercado, gravando desde sus centros el poder a los países menos favorecidos con cargas insoportables. En ocasiones imponen a las naciones como condiciones para recibir nuevas ayudas, programas económicos insostenibles. De este modo se asiste el enriquecimiento exagerado de unos pocos a costa del empobrecimiento creciente de muchos, de forma que los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres”.
 
Terminan las citas. Entendemos que ambos se refieren al sistema inhumano, de voracidad insaciable materialista, cuya patria es el dinero. No les importa la vida, son mentes y corazones cerrados que no valoran el bien común doblegados a la ley del apego económico. Destruyen las fuentes de agua dejando la tierra sedienta, árida como hacían las pezuñas del caballo de Atila que arrasaba, asolaba todo convirtiendo el medio ambiente en un panorama sombrío en su sistema diferente a la vida de los pueblos.
 
¡Oh orden del tiempo! Los que destruyen el hábitat del universo impulsados por la miseria espiritual no comprenden que las cosas mismas se hacen justicia mutuamente por sus culpas según el orden del tiempo.
 
La larga travesía entre los hombres nos entrega todo lo aprendido por los sentidos y constituye la materia del conocimiento humano. Esa práctica nos ha enseñado que los del poder económico se niegan a sí mismos, su verbo es manantial de mentiras, lo peor entre los hombres.
 
He sentido un llamado de los consejos de mi padre recordando: “Allá van leyes donde quieren reyes”. Nos explicaba que es contra la arbitrariedad de los poderosos.
Nuestros invitados de hoy: El guerrero Atila: “Donde pisa mi caballo no crece la hierba”. San Agustín: ¿“Acaso porque eres rico tienes dos estómagos”?
 
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.

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