Kuala Lumpur.- El optimismo sobre un pronto hallazgo del Boeing 777-200 de Malaysia Airlines, perdido el 8 de marzo último, comenzó a desvanecerse, ante las carencias tecnológicas de buscar en profundidades marinas todavía inalcanzables para la ciencia de nuestros días.
En dos oportunidades fracasó un avanzado equipo de la Marina de Estados Unidos, el Bluefin-21, en rastrear con efectividad las profundidades del océano Índico, donde se supone se hallan los restos de la nave.
Este lunes el moderno y sofisticado submarino robot sobrepasó su límite de inmersión de cuatro mil 500 metros y aunque no sufrió desperfecto alguno, volvió hoy a errar en intentos posteriores a causa de fallos técnicos.
La jefatura de la Agencia Coordinadora de la Búsqueda, encabezada por el exmilitar australiano Angus Houston, se ha manifestado por utilizar equipamiento mejor dotado que el Bluefin-21, en aras de llegar a la zona donde puede hallarse lo que queda de la nave.
El oceanógrafo australiano Eric van Sebille, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, puso el dedo en la llaga cuando comparó el rastreo de los fondos marinos con el envío de un hombre a la Luna.
«Sabemos cómo hacerlo, pero no en tres semanas», indicó.
Las turbulentas aguas de los fondos del Índico influyen en que la búsqueda haya pasado a ser un reto para los científicos y así surge la necesidad de otros artefactos de mayores prestaciones que los disponibles por los expedicionarios.
Durante más de un mes, las operaciones se han concentrado en un vasto y solitario tramo de océano y hasta la fecha solo se han captado señales submarinas tal vez provenientes de las cajas negras de la aeronave, aunque no se detectaron más desde mediados de la semana pasada.
Los expertos estiman que el Bluefin-21 requerirá de seis a ocho semanas para explorar toda la zona, pero antes se necesita un mapa cartográfico de los fondos, indicó Ian Wright, director de ciencia y tecnología en el Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido.
Esa información proporcionará qué áreas son duras, si hay cordilleras volcánicas, fallas u otros accidentes geográficos, de manera que el sumergible busque en un lugar preciso, dijo Wright.
