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Carrera de enfermería práctica opción de sustento para dominicanas en PR

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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San Juan, Puerto Rico.- Con el aumento de la crisis económica que sigue atravesando la isla del encanto, muchas dominicanas han tenido que explorar otros campos, por encima de las profesiones, que ya poseen, para poder sostener a sus familia de aquí y de allá.
 
La poca oportunidades de empleos, sigue llevando cada día más, a que profesionales, de diferentes áreas, decidan estudiar otra carrera, con más demanda en el mercado laboral, especificamente en el área de salud, ya que siguen en aumento, las personas con condiciones de salud catastróficas, lo que amerita un personal mayor, en los centros hospitalarios.
 
Las dominicanas, Adalgisa Tineo Méndez actualmente estilista y Sabina Rodríguez, enfermera en la República Dominicana, no aguantaron la fuerte recesión económica y se enrunbaron hacia otras metas, decidieron aún con medio siglo de años, cada una, se propusieron firmemente estudiar, sin sentir vergüenza, estudiaron nuevamente, escogieron el área de enfermería práctica, carrera técnica de un año de duración, que les generará un ingreso seguro y algunos beneficios, si trabajan en hospitales del gobierno o privados.
 
Tuvieron que hacerlo, para poder insertarse en el mercado productivo y estar legalmente certificada, en los trabajos que también hacen, cuando aparecen de cuidar algúnos pacientes, en hogares, asilos de ancianos y hospitales. Con la diferencia que ahora, tienen los conocimientos y por ende podrán cobrar mejor, por sus trabajos y nadie podrá abusar de ellas, con horarios extenuantes de hasta 12 horas y muertas del frío.
 
Tineo, madre de tres hijos, dos adultas y un menor, manifestó que decidió estudiar enfermería práctica, porque entendió que las oportunidades, son de aquellas personas que se preparan, además de ver la grandes necesidades existentes en el cuido de anciano en la isla.
 
«Quise, dar un ejemplo a mis hijos, que no importa cuando uno decida, estudiar, si se tiene la voluntad y el deseo de lograr uno sus metas, también se adquiren unos conocimientos básicos, que las acompañantes de enfermos desconocemos», dijo.
 
Indicó que no sabía hasta que estudió, los grandes riesgos, que corren las dominicanas al cuidar pacientes, a veces con tantas condiciones contagiosas, exponiéndose a contaminaciones con gérmenes, bacteria u otras infecciones, que se desconocen.
 
Agregó que lamenta que tantas compatriotas se queden rezagadas, teniendo todas las facilidades y ayudas para estudiar la carreras que deseen, pero que para estudiar, hay que sacrificarse en muchas cosas, a veces hasta dejar los hijos solos.
 
Por su parte Sabina Rodríguez, se mostró muy feliz y orgullosa, de poder lograr ampliar sus conocimientos, ya adquirido en la República Dominicana, pero que aquí, no son válidos, si no se certifica nuevamente.
 
En cada instituto vemos cada día como va aumentando la gran cantidad de dominicanos, que deciden estudiar las carreras también de Chef, con gran demanda, ya que la certificación es a veces exigida, para trabajar, como cocineros en distintos restaurantes puertorriqueños y quisqueyanos, que han abarotado a Borínquen.
 
Aún hay una gran población que desea estudiar, pero por su status, no es posible, por eso deben ocupar plazas de obreros, domesticas, loceteros, lavaplatos, lavacarros, vendedores de frutas, plátanos, agua embotelladas, en las calles y avenidas, como también en el caso de las mujeres, sin documentos, que les he más fácil, obtiener trabajos en bares, salones de bellezas, cafeterías, fondas de comidas, discotecas, albañilería, kioskos de frituras, limpiezas de casas, donde muchas veces, las explotan laboralmente y han sido atacadas sexualmente, por los dueño de las casas, que hasta las chantajean y amenazan con deportarlas, si hablan.
 
Pero las comunidades dominicanas residentes en los distintos sectores de la isla, siguen tratando de demostrar que también vinieron a trabajar, duro, en lo que sea, en lo que aparezca, para poder sustantar y ayudar, aquellas familias, que dejaron atrás, con la esperanza de un sueño, que cada vez, se ve más vendido y lejano.

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