Con tan solo días de haberse convertido en esposos, Kim Kardashian y Kanye West fueron vistos haciendo lo que mejor saben hacer en estos momentos: amarse.
La pareja que detuvo al mundo entero con su esperada boda en Florencia, pudo disfrutar tranquilamente de otra ceremonia, pero no unas de las tantas que se comentaba que iban a tener, sino de unos amigos.
Kimye viajó de Irlanda a Praga, Republica Checa, para asistir a la boda de la estilista de Kanye, Renelou Padora, en el castillo de Ploskovice. Durante su estancia, fueron vistos besándose muy románticamente en el jardín.
Ambos vistieron muy elegantemente de blanco…
La mayoría de los otros huéspedes en la boda también vestían de blanco y crema, mientras que las damas de honor vestían de color beige y los padrinos de boda llevaban traje gris. Los papás de North West llegaron a Praga el viernes para asistir a distintos eventos por la boda, incluyendo una cena de ensayo.
La pareja pasó sus primeros días como esposo y esposa en Irlanda, primero registrándose en el Castillo Olivier, en County Limerick. Pasearon por Ballyhoura en bicicleta, “totalmente inmersos” en los paisajes, indicó una fuente.
“No podían creer las vistas. Era una parte distinta del mundo que nunca habían experimentado. Estaban en comunión con el medio ambiente y disfrutaron el escape”, agregó.
Su hija, North West está de regreso a casa en Los Ángeles, junto a la abuela Kris Jenner. Luego de la boda de Kimye en Florencia, todos volaron de regreso a París donde fueron las celebraciones pre boda.
