En los seis primeros meses del 2014, en República Dominicana han muerto 18 niños, 8 de los cuales perecieron ahogados y diez calcinados, hechos registrados en distintas provincias del país; algunos casos han sido por negligencia de sus progenitores, quienes no avizoraron el peligro de dejar a una criatura cerca de un embase con agua o una vela encendida.
Uno de los casos más lamentables fue la muerte de tres hermanitos de 6, 8 y 9 años de edad, residentes en Vista Hermosa, Maimón, provincia Monseñor Nouel, donde residían junto a su madre, quien los había dejado solos y encerrados cuando salió a las 10:30 de la noche de ese fatídico sábado cinco de abril.
Asimismo, murieron en igual circunstancias dos hermanitas de uno y cinco años de edad. En su momento, la Policía Nacional informó que las niñas Belienny y Valeria Rodríguez fenecieron a causa de absolutas quemaduras corporales, tras incendiarse la residencia, ubicada en el sector Cayuco, Jamey, San Cristóbal. Ambas vivían con su madre Rosa María Rodríguez, de 20 años de edad.
Mientras que la niña Wilailin Méndez Segura, de un año y cinco meses, murió en medio de un incendio originado en la casa número 93, del barrio Gregorio Luperón, Puerto Plata. Era hija de Idaliza Segura, de 18 años y Ariel Méndez.
El sábado 19 de abril, un niño de tres años murió calcinado y su hermanita de cinco resultó con quemaduras en distintas partes del cuerpo, en medio un incendio que redujo a cenizas la casa donde residían con su madre, en la calle Cristo Viene, en La Casita del Perla, de Villa Liberación, Santo Domingo Este. Los infantes eran hijos de la señora Elianny García, de 20 años.
Los reportes indican que al momento de originarse el siniestro la madre de los niños acababa de salir de la vivienda número 40, parte atrás, del referido barrio, a visitar a unos familiares.
No obstante, de acuerdo al relato de la joven Elianny cuando ella caminaba a poca distancia del lugar se percató de que uno de sus hijos estaba llorando y de inmediato regresó, logrando salvar solo a su hija Francielis.
La víctima más reciente se registró el lunes 26 de mayo, cuando un niño de cinco años murió a causa de quemaduras que sufrió tras incendiarse la casa donde dormía, localizada en el barrio Tamayo, Enriquillo, Barahona. Se trata del infante Ángel María Gatoz Sánchez, hijo de la señora Erika Sánchez, de 27 años.
Otra causa de muerte en menores ha sido por ahogamiento. Entre las víctimas está una niña de 1 año y meses, quien murió ahogada tras penetrar a una cubeta llena de agua, que había sido dejada en el patio de su residencia. El hecho ocurrió en Salcedo, provincia Hermanas Mirabal. La pequeña fue identificada como Melany Nicolet Díaz Flores.
De igual forma, un niño de dos años de edad se ahogó en una cubeta de agua el pasado 31 de marzo, en el poblado Línea Nueva de la comunidad La otra Banda, en Higüey.
Wander Rivera, padre del menor, explicó que el suceso se produjo cuando la madre del infante cuidaba a otro niño y, en ese instante, el pequeño Johandel se metió en la cubeta llena de agua.
En tanto que dos niños de dos y tres años de edad, respectivamente, murieron ahogados al caer en un pozo séptico y cisterna, en accidentes ocurridos por separado en comunidades de Higüey y San Francisco de Macorís.
La Policía dijo que Jomarlin Hernández Rijo y Enyi Hernández Genao murieron a causa de asfixia por inmersión.
Explicó que el niño Hernández Rijo, hijo de la señora Jinnette Rijo, de 24 años, murió ahogado al caer dentro de una cisterna, localizada en la calle Principal del municipio San Rafael del Yuma, Higüey, provincia La Altagracia.
En ese sentido, la madre del infante declaró que en un descuido suyo su hijo salió al patio y cayó dentro de la cisterna, donde murió ahogado.
En tanto que el menor Hernández Genao, hijo de la señora Isabel Genao, de 30 años, murió ahogado al caer en un hoyo en construcción para un séptico, en la casa situada en la calle Principal de la comunidad Barrio Verde, del distrito municipal Cristo Rey de Guaragua, San Francisco de Macorís.
La madre explicó que el infante se encontraba jugando con un hermanito al momento de caer en el referido hoyo con agua.
En abril pasado, un infante de un año y cinco meses de nacido y un menor de 9 años, murieron ahogados en casos separados, ocurridos en un río y una pileta en Baní y Bonao, respectivamente. Las víctimas son Esmerlin Manuel Troncoso Ruiz, de un año y cinco meses y Wander Almánzar Valerio, de 9 años.
La uniformada explicó que Esmerlin Manuel fue encontrado sin vida dentro una pileta de agua, ubicada en la parte trasera de su vivienda de la comunidad banileja de Villa Sombrero, por la señora Lucía Toribio Reyes, de 38 años, quien dio parte a los vecinos. Se informó que la madre, no identificada, había salido a comprar alimentos a un colmado.
Mientras que Almánzar Valerio murió en las aguas del río Yuna, en las proximidades del sector El Batey, Bonao, Monseñor Nouel, donde se encontraba de pasadía junto a sus padres y otros familiares.
En Puerto Plata la Policía Nacional reportó la muerte por ahogamiento de un pequeño de seis años de edad, quien expiró al momento que recibía atenciones médicas en el hospital Gregorio Luperón del municipio de Montellano.
El fallecido fue identificado como Gustavo Adolfo Corniel, quien residía con su madre Yadira Stephanie Corniel, de 23 años de edad, en el barrio La Unión, del municipio de Sosúa y ambos habían acudido a una piscina natural del rio Camú a disfrutar de un refrescante baño que luego terminó en tragedia.
Todos estos casos llaman a la reflexión de los padres, quienes deben poner mayor cuidado en los movimientos de sus hijos, a fin de que hechos como estos no ocurran, e impedir que más vidas inocentes y en desarrollo se sigan perdiendo.
