La prensa nacional refirió la cifra de 1,216 emergencias atendidas en las primeras 48 horas por el 911 y, de inmediato, las reflexiones giraron en torno a la importancia de dichos servicios, en función de coadyuvar con el Plan de Seguridad Ciudadana.
Pero, como todo proceso novedoso, esto origina un aprendizaje que debe dar al traste con llamadas innecesarias, a fin de que dicho servicio, de alta prioridad para el país, cumpla su verdadera razón de ser, cuando se trata de requerir con urgencia la presencia de la Policía, los bomberos, una ambulancia, u otros organismos de socorro.
Aun cuando se hable de altas tecnologías y del personal adiestrado para salvar a la ciudadanía frente actos delincuenciales y otros momentos de verdaderos peligros, solo la conciencia y educación requerida sobre el uso del 9-1-1 permitirá que sea correctamente empleado.
Lo que no valida tales acciones es que se llame sin sentido, como informó la viceministra de la presidencia Zoraima Cuello, al precisar que de 42,373 llamadas, 1,216 correspondieron a emergencias auténticas y 28,903 fueron “molestosas”.
Vidas en riesgo podrían perderse por actuaciones negligentes de este tipo, por lo que vale la pena aplicar con fuerzas la Ley 169-14 que crea el Sistema 911, y que los propietarios de las líneas telefónicas desde donde procedan llamadas innecesarias reciban las sanciones pertinentes, por un mal uso que arriesga las emergencias reales.
¡Aprendamos!
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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