St. Petersburg, Florida.- Cerca de cinco años les tomó a Oscar Taveras y Carlos Martínez recorrer los tres mil kilómetros que separan Puerto Plata de San Luis para juntarse en el mismo equipo de Grandes Ligas, algo que habían hecho anteriormente en diferentes niveles y lugares desde que eran niños.
Las carreras de Martínez y Taveras en el béisbol han corrido casi paralelas, tanto en RD como en EEUU.
Mientras crecían en Puerto Plata, famoso balneario en la costa atlántica de República Dominicana, Taveras y Martínez jugaron en los mismos solares baldíos. Entrenaron juntos cuando buscaban el sueño de ser profesionales y volvieron a reunirse en las fincas de los Cardenales y ahora finalmente en la cúspide del béisbol profesional. Además, el dúo pertenece al mismo club, Aguilas Cibaeñas, en la liga invernal de su país.
«Me siento muy contento por tenerlo aquí», dijo Martínez, un lanzador de 22 años en en su segunda temporada como miembro del bullpen de los Cardenales de San Luis.
«Es mi mejor amigo. Desde pequeño hemos estado juntos. Durante la temporada muerta, muchas veces él se queda el fin de semana en mi casa y luego yo me quedo en su casa. Compartimos como dos hermanos, siempre unidos, apoyándonos y dándonos consejos», dijo Martínez sobre Taveras.
Taveras, un jardinero que cumplirá 22 años la próxima semana, debutó en Grandes Ligas hace dos semanas, después de pasarse dos meses golpeando sin misericordia a los lanzadores de AAA. El gran bateador zurdo comenzó el año sembrado como prospecto #1 de los Cardenales y el #3 de todo el béisbol.
«Me ha facilitado las cosas tener a Carlos aquí. Me ha ayudado a entender las reglas. Me siento como en casa», dijo Taveras, quien bateó un jonrón en su segundo turno con los Cardenales.
Martínez y Taveras con una amistad de novela
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