Niños boricuas y padres dominicanos recrean juegos infantiles tradicionales quisqueyanos

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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Río Piedras, Puerto Rico.- Ninos nacidos en la isla de padres dominicanos, jugaron, juntos la tarde del sábado, los tradicionales juegos infantiles doninicanos, en un compartir lleno de remembrazas.
 
Los juegos callejeros, se desarrollaron en la calle 7, del sector Capetillo, en el pueblo de Rio Piedras, donde residen grandes masas de comunidades dominicanas.
 
Los pequeños y sus padres, jugaron Trúcamelo, La soga, bolita, mariquita, baile de aro, entre otros juegos, siendo del disfrute del vencidario y de los pequeños, que aprendieron, cuales juegos y entretenimientos, eran los que su progenitores, jugaban en su infancia y en su natal República Domininicana.
 
En la dinámica de los juegos, en los ojos de algunos padres afloraron lágrimas, pues se trasladararon a sus pueblos, barrios, sectores y naturalmente, a su niñez.
Ésta actividad de rescate de los juegos dominicanos, fue organizado, por el Museo de la Cultura Dominicana en Puerto Rico.
 
La fundadora y directora de la entidad, Génova Navarro, indicó que ya es hora, que los dominicanos residentes en la isla, rescaten sus tradiciones, cultura, arte y su esencia, aunque se viva en el exterior.
 
«Éstos tipos de actividades, el museo, las seguirá promocionando, porque es hermoso ver a los padres enseñando a sus hijos boricuas, los juegos, que los hacían felices, los cuales les permitía también ejercitarse al aire libre y sanamente, sin gastar dinero», expresó.
 
Asimismo, Richard Castillo, oriundo del sector de Los Mina, dijo sentirse contento, se poder enseñarle a su hijo, Dariel Castillo, de cinco años, a jugar pin pon, lo cual miró sorprendido y exclamó ! Wao!, para inmediatamente poner en práctica lo aprendido.
 
Aquella calle, parecía, una cualquiera de Santo Domingo, no hubo diferencias solamente existió alegría, nostalgia, de un ayer, cargado de inmensos deseos de un retorno, que no llega, pero por lo menos, jugaron los adultos como ninos y olvidaron que eran grandes, porque ésos juegos, les arrugaron también, el alma, al saberse lejos y cerca de sus casas maternas, de sus calles y sus familias.
 
«Muy pronto, se recrearán nuevamente, éstos juegos infantiles nuestros, a pedido de los propios padres, del sector, que disfrutaron tanto, como sus hijos, sin computadoras, tabletas, televisores, ni sumas de dólares gastados, además, que nuestras tradiciones, estuvieron vivas, hoy en Puerto Rico, porque recordar es vivir», finalizó Navarro.