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Coexisten las comunidades negras de México

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Unas veces por omisión y otras por imitación, aparecen vocablos que confunden a  estudiantes e investigadores de temas antropológicos y de la historia de nuestros pueblos, como se manifiesta en ciertos estudios sobre las comunidades negras de México, esa invisible Tercera Raíz de la identidad nacional.
 
Hace dos décadas aproximadamente apareció el término afrodescendiente para referirse a las personas negras residentes en determinados territorios. Nunca se mencionan indo-descendientes o a hispano-descendientes, para nombrar a las personas blancas o con rasgos de las etnias que identifican a medio centenar de culturas y lenguas indígenas reconocidas jurídicamente.
 
Cuenta la historia que desde 1810, Miguel Hidalgo abolió la esclavitud y José María Morelos así lo ratificó en la Constitución de Apatzingán, en 1813, que cerraba una lamentable decisión por la cual se permitía desde 1517 el sistema de concesiones, para justificar el sometimiento. Fue en 1639, cuando se prohibió ejercer la esclavitud para los pueblos indígenas. Y aparecieron los crueles traficantes negreros que traían desde África sus “mercancías humanas”. En 1646, esa población negra ascendió a más de 35 mil personas, según Héctor Treviño, en el trabajo La Población Africana en la Nueva España de la Enciclopedia  de la SEP México, de 1997.
 
En otras investigaciones sobre esaTercera Raíz de la sociedad mestiza mexicana, aparece el término afrodescendiente para identificar a las y los descendientes de quienes fueron transportados  con cadenas al nuevo mundo, procedentes de África Subsahariana, hoy naciones de Angola,  Cabo Verde, Costa de Marfil, El Congo, Gabón, Gambia, Ghana,   Guinea,  Nigeria y  Senegal.
 
Sus compradores los ubicaban en zonas costeras y en orillas de los ríos para la pesca, la agricultura y el ganado, en los actuales estados de Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Coahuila, Veracruz, entre otros.

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