Durante los últimos meses en República Dominicana se ha desatado una especie de “guerra sin cuartel” contra los reporteros gráficos o camarógrafos de prensa de televisión, agresiones que provienen de agentes de la Policía Nacional(PN), Dirección Nacional de Control de Drogas(DNCD), guardias de seguridad empresarial y espalderos de políticos.
La más reciente actuación, propia de la era paleolítica, la escenificó un guardián de seguridad privada que enfiló sus “cañones” contra el camarógrafo del noticiario del canal 16, Roger Sosa, cuando éste parqueaba su vehículo en un edificio de oficinas públicas del Gobierno. El seguridad rompió la cámara, el instrumento de trabajo de Sosa, lo que fue acompañado de empujones y todo tipo de improperios.
Dos días antes a este incidente, cuando cubría la convención del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el camarógrafo del SIN, Víctor Vicente, fue embestido con toda su rabia por un espaldero del presidente de esa organización política, Miguel Vargas Maldonado, cuando el político se presentaba a ejercer el voto en la casa nacional perredeísta.
En una evidente violación a la libertad de prensa, el guardaespaldas de Vargas Maldonado arrebató la cámara a Víctor y le extrajo la tarjeta del material fílmico. El objetivo era claro: que el país y el mundo no se enterara de los desórdenes que suelen presentarse en procesos internos del partido blanco.
Al día siguiente, durante la rueda de prensa para conocer el total de los votos emitidos y dar los nombres de los ganadores de la convención, los camarógrafos que asistieron respondieron a la agresión de su compañero Víctor Vicente, y a otros miembros de la prensa, con una protesta de “brazos caídos”; es decir, se abstuvieron de grabar las declaraciones de la comisión organizadora del evento.
En abril de este año, el camarógrafo de Puerto Plata, Rigoberto Smith, fue esposado y obligado a entregar una grabación de un operativo que realizaron los policías en el sector Villa Progreso de esa ciudad.
Los agentes al mando de un capitán apellido Alcántara esposaron al reportero gráfico , lo montaron en la parte trasera de una camioneta y luego de pasearlo por la ciudad lo llevaron a la sede de la Dirección Regional Norte, a la vez que borraron las imágenes grabadas.
Se recuerda el incidente del hospital Marcelino Vélez Santana, de Herrera, cuando el camarógrafo del canal 16, Iván Hernández y el fotógrafo de Diario Libre, Ángel Heredia, fueron golpeados por el oficial sólo identificado como Peñaló, momentos en que los miembros de la prensa cubrían el traslado a otro centro de salud de un suboficial de la institución del orden que había sido herido al enfrentar a un grupo de atracadores en la avenida Isabel Aguiar.
Los niveles de agresión contra los reporteros gráficos tocaron fondo con el asesinato del camarógrafo Newton González, del Canal 25 Santiago, quien fue acribillado a balazos en pleno centro de la ciudad cuando estaba parqueado en un establecimiento comercial.
Con el desarrollo de la tecnología y las redes sociales, cada día cobran más importancia los videos filmados, ya que en pocos segundos cualquier acontecimiento da la vuelta al mundo. Eso lo saben muy bien los verdugos de los camarógrafos de prensa y/o reporteros gráficos, sobre todo, aquellos que por sus acciones oscuras y cuestionables temen ser captados.
Lo lamentable de todas esas vejaciones a que son sometidos diariamente los reporteros gráficos de los medios de comunicación dominicanos, es el poco apoyo que recibe ese sector, tanto de los propietarios de las empresas que representan como de los gremios a los que están afiliados, los cuales se limitan a una simple e insípida condena a las agresiones por medio de notas de prensa, sin que procedan a someter a esos violadores, no solo de los derechos de prensa, sino también de los derechos humanos.
Declaran “guerra” contra camarógrafos prensa RD
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