Milicianos islamistas atacaron un cuartel del Ejército iraquí en Ramadi, la capital de la occidental provincia de Al-Anbar en varias de cuyas ciudades se registran intensos enfrentamientos con un elevado número de víctimas fatales.
Una fuente de seguridad informó que hombres armados afiliados al Estado Islámico (EI) asaltaron con obuses de mortero la comandancia de la Octava Brigada de las Fuerzas Armadas en el norte de Ramadi, pero declinó revelar si hubo bajas entre los uniformados.
El mando castrense confirmó, sin embargo, que proseguían los cruentos combates iniciados el martes entre sus unidades y «takfiristas» (fundamentalistas sunnitas) en el área de Qarma, situada al oriente de Fallujah, la otra urbe importante de Al-Anbar.
Los choques con empleo de armas ligeras y medianas dejaron al menos una veintena de víctimas, además de significativas pérdidas materiales, precisó el reporte, mientras fuentes del hospital de Fallujah indicaron que siete civiles sufrieron lesiones por bombardeos de la aviación gubernamental.
Según un portavoz médico, las siete personas lesionadas por los ataques aéreos residían en los vecindarios de Al-Golan, Al-Shuhadaa y Nazal, en la referida Fallujah, mientras otras víctimas vivían en los distritos de Al-Ratba y Qaim, en el oeste de Al-Anbar cercano a la frontera con Siria.
Con el fin de debilitar en zonas residenciales a extremistas del DAESH, nombre árabe del EI, las autoridades coordinaron un contraataque terrestre de militares apoyados por la aviación, efectivos de seguridad especializados en lucha antiterrorista y voluntarios chiitas y sunnitas moderados.
Fuentes policiales agregaron que al menos 10 jihadistas (partidarios de la guerra santa islámica) perecieron en las últimas horas como consecuencia de operaciones armadas lanzadas por el Ejército contra Albu Bale, al este de Ramadi, y la propia Qarma.
Datos manejados por el hospital general de Fallujah refirieron que desde el estallido de la ofensiva del entonces llamado Estado Islámico de Iraq y el Levante en aquella región del oeste del país, hace más de siete meses, se han contabilizado entre los civiles 672 muertos y dos mil 174 heridos.
La información precisó que de esos totales, un 17 por ciento de los fallecidos fueron niños y un 19 por ciento mujeres, mientras entre los lesionados, la proporción fue de 19 para los infantes y 21 para las féminas.
No obstante, las fuentes reconocen que las cifras son imprecisas porque muchos muertos fueron enterrados sin llegar al hospital y numerosos heridos recibieron tratamiento en centros cercanos a sus viviendas.
Por otro lado, campesinos iraquíes denunciaron el robo de sus fincas y reses por parte del EI tras tomar el poblado cristiano de Qaraqosh, también conocido como Al-Hamdaniya, donde forzaron el éxodo de 50 mil residentes a Dohuk y Erbil, la capital del Kurdistán, según el canal Al-Jazeera.
