Soy casi un santo

Alguien muy mojigato me acusa de ser un pecador empedernido. Rechazo tan falaz acusación, pues en todo caso he sido tan pecador como cualquier obispo. Es más, si se me impusiera, tendría muy poco que declarar en el confesionario: apenas unas diez mil mentiras (eso sí, siempre muy profesionales) y cinco o seis docenas de deseos carnales con mujeres que, sin yo saberlo, tenían sus respectivos prójimos (incluyendo a Romy Sneider, Kim Bassinger, Nicole Kidman, Catherine Z. Jones y Shakira, entre las más conocidas). En fin, este iconoclasta incorregible es todo un santo, igualito que el tal Sabina.

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