A veces en el mundo ocurren cosas injustas, cosas que nadie puede explicar y que les ocurren a personas que trabajan duro y no se las merecen.
Ese es el caso de Paul George, quien sufrió una fractura abierta de tibia y peroné que dejó en shock no solo a la Selección de Estados Unidos, sino que también a toda la NBA.
George es un jugador que se esmeró por todo lo que consiguió con sudor y esfuerzo en su carrera, desde el anonimato de jugar en la universidad para Fresno State hasta jugar al mismo nivel que LeBron James y convertirse en el jugador franquicia de los Indiana Pacers.
El alero estadounidense iba a deslumbrar con su talento en el Mundial de España, y ahora no solo él, sino que los Pacers también afrontan la incertidumbre de una recuperación que se estima que durará 12 meses. Externamente, los dirigentes del club despliegan calma y confianza en su superestrella malherida.
«Yo no tengo ninguna duda de que (George) regresará y lo hará de una gran manera. No vamos a ponerle plazos (a la recuperación) pero yo no creo que haya duda alguna de que él regresará», Kevin Pritchard, gerente general de los Pacers, le dijo al diario local Indianápolis Star un día después de la lesión.
En teoría esa declaración se ve firme con toda la fe del mundo en la capacidad de recuperación de George, quien después de todo todavía es joven a los 24 años de edad. Sin embargo, esa convicción de Pritchard enmascara al miedo y las dudas que envuelven a los Pacers cuando se trata de su presente y su futuro tras la lesión de George.
En principio, el presente de Indiana se ve tan negro como una nube de tormenta, ya que la lesión de su mejor jugador llegó tres semanas después de que su segundo mejor jugador, Lance Stephenson, dejó a los Pacers como agente libre y se incorporó a los Charlotte Hornets.
De repente los Pacers están pasando de ser el segundo o tercer mejor equipo de la Conferencia Este a tener que respaldarse en un jugador errático como Roy Hibbert como pilar de la franquicia. En este caso, Indiana podría llegar a contar con dos opciones.
Opción 1: Mantener el status quo del equipo e ir en busca de un agente libre veterano como Shawn Marion, cuya versatilidad defensiva y capacidad para encestar triples le daría estabilidad al equipo. También podrían intentar contratar a otro agente libre como Michael Beasley, un anotador nato, para intentar disimular la ausencia de los 21,7 puntos por partido de George, el máximo anotador de Indiana la temporada pasada.
Lamentablemente, los agentes libres de alto calibre ya están contratados desde hace tiempo.
Opción 2: Los Pacers podrían clasificar a los playoffs sin George esta temporada ante la mediocridad colectiva del Este, pero no serán candidatos al título y no hay mejor momento que el presente para reconstruir. Quizás lo más lógico sería canjear a Hibbert, George Hill y Luis Scola y empezar de cero, acumulando talento joven y selecciones del draft junto a una de la lotería del año que viene.
Todo esto depende de cual sea la perspectiva de Larry Bird, el presidente de los Pacers, y de Pritchard. Tengamos en cuenta que por más joven que sea, George podría no volver a ser el mismo jugador dinámico y potente que supimos conocer tras recuperarse de una lesión tan grave.