El éxodo masivo en la selección de Estados Unidos tuvo a su protagonista más famoso el jueves luego de que Kevin Durant decidió dar un paso al costado, abandonando la disciplina del equipo de Mike Krzyzewski a solo 23 días del comienzo de la Copa del Mundo.
Tras las bajas por anticipado de LeBron James, Kobe Bryant, Carmelo Anthony, Dwyane Wade y el resto de la «Vieja Guardia», se suponía que las esperanzas de este equipo recaerían sobre los hombros de los Kevins, Durant y Love, que iban a ser los líderes del conjunto, tanto dentro como fuera de la duela, y ellos mantendrían esta nueva tradición de gloria que comenzó allá por los Juegos Olímpicos de 2008.
¡Qué lejos quedaron esos tiempos!
Luego de las bofetadas en 2002 y 2004, Jerry Colangelo fue contratado para poner la casa en orden. Tras la nueva desazón en 2006, el ejecutivo y Coach K lograron reclutaron a los mejores entre los mejores, y desde entonces volvió el dominio norteamericano al deporte de la pelota naranja.
Con la baja de Durant, y echándole un vistazo al equipo que quedó, los fantasmas del comienzo de milenio comienzan a sobrevolar nuevamente.
Aquellos equipos no pasaron «vergüenza deportiva» por falta de talento, esos planteles tenían más que suficiente para ganar los torneos de punta a punta, sin importar la Generación Dorada, aquellos mágicos equipos Serbios (yugoslavos hasta 2002) o los primeros cimbronazos de la ÑBA.
Lo que a aquellos equipos les faltaba era práctica, tiempo juntos para conocerse y una identidad de grupo. Al final, el baloncesto es un deporte de conjunto y sin cohesión, la diferencia en el talento tiene que ser demasiado abismal como para dejar en el camino a todos los demás.
Esta vez, sobre todo en comparación con la España de Juan Antonio Orenga, esa diferencia no existe.
Esto no es un intento de minimizar lo que pueden dar Derrick Rose, James Harden o DeMarcus Cousins, pero está claro que ni tienen la experiencia suficiente en FIBA, ni las capacidades de liderazgo de muchos de los que decidieron bajarse del barco.
¿Quién será el líder?
¿Tiene Rose la voz de mando en la posición más importante del deporte?
¿Quién toma el último tiro?
¿A quién recurrirán cuando el aro se achique y necesiten goleo?
El baloncesto FIBA es un animal completamente diferente. En la cancha siguen siendo cinco contra cinco, pero el estilo de defensa es diferente, la intensidad de la competencia es más alta (el nacionalismo en muchos de sus contrincantes es casi extremo) y el uno contra uno es sinónimo de pecado.
Eventualmente Team USA afrontará una instancia en la que no estarán arriba por 20 puntos promediando el tercer cuarto. Quizás no sea en la fase de grupos y quizás no lo sufran hasta las semifinales, pero ese momento llegará. Los escalofríos les correrán por la espalda a muchos de los jóvenes del plantel, y el pánico se hará presente.
Allí aparecían los Bryant, James o Anthony, pero hoy no están más. ¿Alguien piensa que Gordon Hayward, DeMar DeRozan o Chandler Parsons tendrán la misma frialdad?
Recordemos que los únicos con experiencia internacional en el plantel son Rose y Stephen Curry, en 2010, y Harden y Anthony Davis, en 2012.
Rose fue el que más protagonismo tuvo como pilar de aquella selección que ganó el Mundial en Turquía, pero eso fue antes de someterse a cirugías en ambas rodillas. Diversos reportes indican que ya recuperó su explosividad y salud, pero no por eso deja de ser una incógnita. El peso de las expectativas de toda una nación recaerá sobre sus hombros y veremos si es capaz de soportar esa presión.
Después de todo, su elenco tampoco será el más talentoso. En FIBA no solo hay que entender que nadie gana por portación de nombre, sino que también todo el mundo juega el partido de su vida ante Estados Unidos con la esperanza de quedar en la historia. Klay Thompson, Damian Lillard y Kyrie Irving son grandísimos jugadores, pero a nivel internacional tendrán que lidiar con jugadores de la talla y experiencia de Marcelinho Huertas, Milos Teodosic o Juan Carlos Navarro, además de varios otros de sus pares de la NBA.
Todos estos son factores a tener en cuenta. Del 1 al 12, Estados Unidos sigue siendo el equipo más profundo y talentoso, pero la historia marca que eso no siempre alcanza. Krzyzewski es un estratega magnífico, pero también lo eran George Karl y Larry Brown.