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Escuela Fernando Defilló presenta la misma calamidad

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Tras más de 15 años operando en  condiciones infrahumanas, la escuela Fernando Antonio Defilló, de Los Frailes 1, en Santo Domingo Este, continúa en las mismas condiciones, pese a los esfuerzos de profesores y alumnos para tener un lugar digno donde impartir y recibir docencia.
 
En principio, el plantel funcionaba en ranchetas de zinc, sin cemento ni  paredes,  después de varios años de lucha fue cubierta con playwood  y actualmente, el único avance que exhibe son sus paredes de concreto sin empañetar.
 
Se recuerda que  en el 2009 y 2010, este multimedios envió dos equipos de reporteros para darle seguimiento a esa situación. En ese entonces, la directora Raquel Harrigan, ante la indiferencia de las autoridades del Ministerio de Educación, asumió personalmente la reparación del recinto escolar, pero resultó poco satisfactoria, porque lo hizo sin recursos.
 
Harrigan explicó en su momento  que adquirió materiales de construcción a crédito, en una ferretería del sector, y que se sentía  presionada por la deuda que superaba los RD$80 mil.  El gran problema era que  Educación se negaba a  pagarlos, alegando que las facturas no tenían comprobante fiscal.
 
La escuela Fernando Defilló está ubicada en la calle Mónica, número 30, en Los Frailes I, kilómetro 10, de la autopista Las Américas, prácticamente en lo que sería el patio  del liceo que lleva el mismo nombre. Contaba con una   matrícula de 1,250 estudiantes, 700 en tanda matutina y 550 en la vespertina.
 
La causa de la deserción escolar  de ese centro no provenía de las adolescentes embarazadas, sino de los que se cansaban de acudir a clases y nunca encontrar  donde sentarse.
 
Actualmente
El plantel está dirigido por otra directora, debido a que Raquel Harrigan fue pensionada por los años de servicios en el magisterio. Al tratar de conocer la situación actual, la secretaria de la nueva incumbente  informó que no podía atendernos, alegando que estaba en una reunión. Tampoco se nos permitió entrar al lugar; sin embargo,  el fotógrafo logró colocar la cámara por una rendija y captar las imágenes que confirman la condición precaria que aun vive la escuela.
 
Esperamos que  finalmente los alumnos de este centro estudiantil puedan pronto disfrutar de un recinto escolar adecuado, donde reciban el pan de la enseñanza y que su única preocupación y lucha  no sean conseguir una butaca para sentarse o  un lugar en el aula donde  el sol o la lluvia no les castiguen.

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