Los diferentes estereotipos a los que están sometidas las mujeres en la sociedad han sido el mayor obstáculo para que ocupe posición de poder a nivel mundial, lo cual la relega a seguir siendo la sombra de los hombres, pese a demostrar que poseen igual capacidad para ejercer un determinado cargo.
Esta situación se evidencia con mayor intensidad en el ámbito político, debido a que los medios de comunicación no se centran en las facultades intelectuales de la mujer, sino que se enfocan en resaltar cualidades físicas como su belleza, vestuario y como lleva el cabello.
Sin embargo, esta desventaja favorece la participación de los hombres en la política, ya que para muchos ese es un mundo donde el candidato debe ser competitivo y agresivo, características que según los prejuicios no posee una dama.
En ese sentido la experta en Comunicación y consultora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Virginia García Beaudoux, destacó la situación de desventaja en que se encuentran las mujeres, tanto en América Latina como en el resto del mundo, tras citar que en la región, el 51% de la militancia de los partidos políticos está compuesta por féminas; pero solo el 16% ocupa las presidencias o secretarías generales de dichas organizaciones políticas.
Asimismo, García Beaudoux explicó que las personas relacionan el liderazgo con cualidades y que, en cambio, ninguno de los rasgos del estereotipo femenino se asocia con liderar. “Esos y otros sesgos culturales son reforzados y amplificados tanto por las informaciones periodísticas, como por las secciones dedicadas a la cultura o el entretenimiento”.
“Para muchos una mujer se define como débil, delicada, frágil y con capacidades para tareas domésticas, pero jamás se la imaginan como luchadora, competitiva, estratégica y buena administradora”, precisó García.
Sostuvo que es necesario evitar que los prejuicios impidan que la gente escuche y valore el discurso y las propuestas de las mujeres políticas. La especialista propone que los medios reencuadren la información, o sea que contemplen una variedad de perspectiva que no estigmatice a la población femenina.
Poca presencia
El representante del PNUD en el país, Lorenzo Jiménez de Louis, criticó la baja participación en política de la juventud y la mujer en República Dominicana y afirmó que algunas organizaciones limitaron la intervención de esa población de manera intencional.
Indicó que la falta presencial de las mujeres debilita a las altas instancias del poder, lo cual se evidencia en que de 32 senadurías solo cuatro son ocupadas por ellas; de 190 diputaciones, poseen 40 y de 155 alcaldías, conquistaron solo 12.
De igual forma, la oficial de género del PNUD, Raissa Crespo, destacó que el propósito no es lograr las cuotas mínimas, sino conseguir la paridad para fortalecer la democracia del país. “La baja participación de la mujer nos hace reflexionar sobre los retos que todavía tienen que vencer para que sus intereses se implanten en las altas instancia de poder” enfatizó Crespo.
Tanto Virginia García Beaudoux como Raissa Crespo consideran que el primer paso para mitigar los daños de los encuadres informativos es nunca hacer una pregunta a una mujer funcionaria que no se la haría a un hombre que ocupara la misma posición; asimismo, conocer las capacidades de las postulantes a cualquier candidatura más que sus atributos físicos.
Entienden que los estereotipos o falsas creencias son muy difíciles de erradicar, por lo que esto debe ser una lucha que empiece desde los hogares, las escuelas, instituciones y estamentos del Estado.
Estereotipos limitan participación mujer en política
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