Beaverton, Oregon.- Visiblemente más delgado, acicalado –al punto que su frente súbitamente poblada de cabello es un tema en las redes sociales– sonriente y con cierto nivel de paz y pausa al hablar, LeBron James fue enfático cuando se le preguntó si podría describir en una palabra como se siente en esta etapa de su vida.
«Afortunado», dijo. «Y no necesariamente por el basquetbol, sino porque todo lo que tengo a mi alrededor es positivo. Esa es buena energía».
Minutos después del lanzamiento de la nueva versión de su línea de zapatos en la sede mundial de Nike, James habló cándidamente sobre su pasado, presente y futuro, pero no sin antes aclarar que su controversial regreso a los Cleveland Cavaliers para la próxima temporada tiene mucho más que ver con «la vida» que con el baloncesto.
«Para mí, mi familia y mi hogar siempre va primero. En ese sentido, cuando me pongo mi camiseta que tiene mi apellido, James, tengo bien presente que mi nombre es lo que tengo, y no es solo mío, porque lo comparto. Con mi madre, con mi esposa, con mis hijos. Y eso siempre lo tengo bien presente», dijo James, quien además de abrir un nuevo capítulo en su vida profesional en el otoño, también será padre por tercera ocasión.
Con apenas 29 años, pero entrando a su 12da temporada en la NBA, el proceso de maduración ha sido uno acelerado.
Tras llegar a la liga como un fenómeno de escuela superior –un espécimen físico de 6-8 jamás antes visto y que posiblemente jamás se vuelva a ver en una cancha de baloncesto– James se ha establecido como el punto de partida de cualquier conversación sobre quién es el mejor jugador de baloncesto en estos momentos, o de todos los tiempos.
Los que hablan en el presente lo agrupan con Kevin Durant, Carmelo Anthony y Kobe Bryant, los que lo miran en un contexto histórico, piensan más en Michael Jordan y Magic Johnson.
Lo amen o lo odien, el denominador común de la opinión del fanático es que LeBron James será un miembro del Salón de la Fama en el futuro y una presencia explosiva en cualquier partido.
Según explicó Kenvin DeGennaro, vicepresidente de Análisis Estadístico de la NBA, mediante una fórmula matemática llamada el «Estimado de Impacto del Jugador» [PIE por sus siglas en inglés], James, individualmente, representa unas 18 a 20 victorias al año para cualquier equipo con el que juegue.
La temporada pasada, su mera presencia en la cancha representó un incremento de 11 por ciento en ofensiva del Miami Heat. En esencia, según explicó DeGennaro, estadísticamente hablando, la presencia de James en la cancha es el equivalente a tener dos jugadores.
LeBron está en el punto máximo de su carrera
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