Que diga la primera persona en el país que está clara con el camino que llevan las elecciones presidenciales de 2016.
Por “perversidad” o sencillamente porque las cosas caen por su peso, la imagen de Leonel Fernández se ha deteriorado mucho en los últimos días. La situación de los Tucanos, aunque se plantee que existe una responsabilidad directa y casi total de los militares que llevaron a cabo esa negociación, no puede eximirse al entonces Presidente de una compra que envolvió más de 90 millones de dólares.
Tampoco ha sido feliz el caso del senador por San Juan de la Maguana, Félix Bautista, a quien el Ministerio Público incautó un centenar de bienes e indudablemente, su figura se relaciona directamente con el expresidente, pues fue uno de sus principales colaboradores.
Leonel Fernández ha dicho que no moverá un dedo si Danilo Medina impulsa la reforma de la Constitución para incluir la reelección presidencial consecutiva; pero, esto no significa que apoye al actual mandatario en sus posibles aprestos por seguir dirigiendo los destinos de la nación, si es que asumiera dicha decisión.
Nadie duda de que la democracia del país se halla en una encrucijada política, con un Partido Revolucionario Dominicano dividido; un Partido Reformista Social Cristiano menguado y el resto de las organizaciones con poca aceptación, razón por la cual corresponde al Partido de la Liberación Dominicana mantener la armonía y con sapiencia salomónica recomponer cada segmento de estos alrededor de 20 meses que restan para las elecciones de 2016.
El fortalecimiento del resto de los partidos en general resulta imprescindible, si no queremos hablar de unipartidismo. El futuro de la República Dominicana no puede estar basada en ires y venires o dires y diretes, urgen las decisiones y la claridad ante la vista de la opinión pública.
Camino a las elecciones
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