Los científicos suecos dieron seguimiento a 800 mujeres durante cuatro décadas, y hallaron que las que eran más ansiosas, celosas y tenían un humor cambiante, que definieron como neuróticas, y experimentaban un estrés duradero tenían el doble de riesgo de contraer Alzheimer, en comparación con las mujeres que puntuaron más bajo en esos rasgos.(HealthDay News) — Las mujeres de mediana edad con un estilo de personalidad neurótica y un estrés prolongado podrían tener un riesgo más alto de contraer enfermedad de Alzheimer, sugiere una investigación reciente.
«Ningún otro estudio ha mostrado que [un estilo de] la personalidad en la mediana edad aumentara el riesgo de enfermedad de Alzheimer durante un periodo de casi 40 años», comentó la autora del estudio, Lena Johansson, investigadora de la Universidad de Gotemburgo.
Pero unos expertos ajenos al estudio advirtieron que los resultados de éste no prueban que el neuroticismo provoque el Alzheimer, pero sí sugieren una asociación entre ambas cosas.
El estudio aparece en la edición en línea del 1 de octubre de la revista Neurology.
La enfermedad de Alzheimer es el tipo más común de demencia, y provoca una pérdida profunda de la memoria y discapacidades en el lenguaje, la concentración, el juicio y la percepción visual, según la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’s Association). A aproximadamente 5.2 millones de estadounidenses sufren de Alzheimer, el cual es progresivo, incurable y finalmente conduce a la muerte.
Johansson dijo que cree que los resultados serían iguales para los hombres. Pero los datos del estudio, que provienen de una investigación iniciada en los años 60, solo incluyeron a mujeres en una era en que pocos estudios médicos se enfocaban en ellas.
En el nuevo estudio, las participantes, con una edad promedio de 46 años, recibieron un seguimiento de 38 años y pruebas de memoria y personalidad que medían sus niveles de neuroticismo, extraversión (que se definió como tener una personalidad extravertida) e introversión (que se definió como ser reservada o tímida).
Los autores del estudio definieron el neuroticismo como perturbarse con facilidad y exhibir rasgos de personalidad como ansiedad, celos o humor cambiante. Las personas con ese estilo de personalidad son más propensas, dijeron, a expresar culpa, ira, envidia, preocupación y depresión.
También se preguntó a las mujeres si habían experimentado algún periodo de estrés prolongado que durara un mes o más, y se les pidió que evaluaran el estrés en una escala de cero a cinco, que representaba el estrés constante en los cinco años anteriores. Las respuestas de estrés incluían nerviosismo, problemas para dormir, miedos, irritabilidad y tensión.
Ser introvertido o extravertido por sí mismo no pareció afectar el riesgo de demencia, pero las mujeres que se angustiaban fácilmente y eran tímidas (introvertidas) tenían el riesgo más alto de Alzheimer de todas las mujeres analizadas. Una cuarta parte de ellas contrajeron la enfermedad, frente a solo el 13 por ciento de las que se consideraron extravertidas y que no se angustiaban con facilidad.
«Sabemos que la genética subyace a la personalidad y a la enfermedad misma, pero hay poca comprensión sobre la forma en que la personalidad subyace a la enfermedad», comentó Dean Hartley, director de iniciativas científicas de la Asociación del Alzheimer, que no participó en la investigación. «Necesitamos más datos».
¿Cómo podría la personalidad influir sobre el riesgo de demencia? Al influenciar sobre la conducta, el estilo de vida o las reacciones al estrés de la persona, todos factores que afectan a la salud en general, señaló Johansson. Además, investigaciones anteriores han indicado que el neuroticismo y el estrés se asocian con cambios en el hipocampo, una estructura del cerebro que se ve afectada pronto en la enfermedad de Alzheimer.
Hartley dijo que la nueva investigación tuvo una capacidad limitada de medir los niveles reales de estrés de las participantes, dado que lo hizo al plantearles una sola pregunta sobre el estrés cada cinco años, en lugar de medir respuestas bioquímicas específicas al estrés.
«Los estudios futuros deben examinar… si este grupo [neurótico] responde bien a las intervenciones», planteó Johansson. «Está por verse si el neuroticismo podría modificarse mediante un tratamiento médico o cambios en el estilo de vida».
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Lena Johansson, Ph.D., researcher, University of Gothenburg, Gothenburg, Sweden; Dean M. Hartley, Ph.D., director, science initiatives, Alzheimer’s Association, Chicago; Oct. 1, 2014, Neurology, online
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