Las naciones de la Unión Europea intentan reunir mil millones de euros para la lucha contra el ébola en el África occidental, “e indagan una estrategia común para abordar la pandemia”; mientras, en La Habana, Cuba, tiene lugar la Cumbre Extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América -Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y sobre el Ébola, a la que asisten los nueve pabellones miembros, Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Mancomunidad de Dominica, Antigua y Barbuda, Ecuador, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía.
Paquetes de medidas que deberían incluir ayuda financiera y procedimientos comunes de “repatriación, instalaciones de tratamiento sobre el terreno y formación para trabajadores sanitarios”, se insertan en este enfrentamiento al mal que parece avanzar- por ahora-, sin más detención que las medidas profilácticas y otras estrategias que aun no han podido contenerle. En el decir del secretario británico de Exteriores, Philip Hammond, “el fondo de mil millones de euros se necesita lo antes posible porque tenemos una ventana muy estrecha (de tiempo) para tomar las riendas e impedir la expansión incontrolada de la enfermedad».
Lamentablemente, a veces hay que esperar situaciones que marcan un clímax para que las naciones, sobre todo las más desarrolladas se unan en “cruzadas” contra problemas que afectan, no solo a un continente como África, sino a todos en el orbe. El caso del medio ambiente y los cambios climáticos, por ejemplo, llevan tiempo de necesarias uniones, de inversiones y toma de conciencia, que hasta la fecha no han dado frutos, a pesar de que la tierra, casa común, está en peligro. Esta vez, el ébola vincula a organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Organización Panamericana de la Salud (OPS), y Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), junto a representantes de estados, cuyos postulados en la Mayor de las Antillas rezan en el énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social, lo que se concreta en un proyecto de colaboración y complementación política, social y económica, entre naciones de América Latina y el Caribe, prestando atención a desafíos globales que trascienden a la región, como es el caso de la actual peligrosa epidemia, ocasionada por este letal virus.
Unirse ante el mal
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