El The New York Times ha dedicado líneas para destacar “La impresionante contribución de Cuba en la lucha contra el ébola”, pues “el pánico que ha generado la epidemia alrededor del mundo no ha producido una respuesta adecuada por parte de las naciones que tienen la capacidad de contribuir. Aunque Estados Unidos y otros países han ofrecido su disposición a contribuir dinero, únicamente Cuba y unas pocas organizaciones no gubernamentales están proporcionando lo que se necesita con mayor urgencia: profesionales médicos dispuestos a atender pacientes”.
De todos modos, el afamado medio de prensa puntualiza una realidad que parece inverosímil, se trata de la manera en que debe manejarse la atención y traslado del personal médico que pudiera llegar a enfermarse, pues más de 400 profesionales han sido infectados y, aproximadamente, 4,450 pacientes han muerto. Pero, puntualiza The New York Times, lo lamentable que resulta que Washington, “el principal contribuyente financiero a la lucha contra el ébola, no tenga vínculos diplomáticos con La Habana, dado que Cuba podría terminar desempeñando la labor más vital. En este caso, la enemistad tiene repercusiones de vida o muerte, ya que las dos capitales no tienen mecanismos para coordinar sus esfuerzos a alto nivel”.
Hablamos del desplazamiento de unos 550 soldados del Ejército estadounidense “para respaldar a las autoridades médicas en los países afectados” y claro que “sería cuestión de sentido común y compasión que el Pentágono les ofreciera asistencia a los cubanos, en caso de que alguno se enfermase”, señala el periódico y añade que “sin embargo, las autoridades estadounidenses, insensiblemente, se han rehusado a indicar si estarían dispuestos a brindar algún tipo de apoyo”.
Definitivamente, lo que necesita África occidental es ese apoyo internacional que detenga el avance de una epidemia que podría “volverse una crisis mundial” y en virtud de la opinión del medio, vale la pena recordar, en sus propias palabras que “Cuba podría terminar jugando el papel más destacado entre las naciones que están trabajando para refrenar la propagación del virus”; y que “la administración Obama, … tiene que enfatizar la idea de que los frutos de normalizar la relación … conlleva muchos más beneficios que riesgos”. Sí, ambos países debían “poner a un lado sus diferencias, así sea temporalmente, para combatir una amenaza global”, tal y como aseguró Fidel.
No es tiempo de diferencias
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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