Que los homicidios se reduzcan en el país, tal y como informó la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en un 17 % durante el periodo 2009-2013, es buena noticia; pero que los suicidios aumentaron un 8%, es más que preocupante.
Y no solo son los profesionales de la conducta humana quienes muestran gran inquietud por esta alza, sino la sociedad íntegra, pues duele saber que en su mayoría son adolescentes y adultos jóvenes quienes cometen este crimen, que alcanzó en 2012 el mayor número de decesos en los últimos años, con 638 muertes.
Muchas familias se hallan desgarradas y durante muchos años el consuelo no tocará a sus puertas, porque perder a un ser querido de esta manera, significa un duelo difícil de superar. Recientemente, el director del Departamento de Salud Mental de la OMS, Shekhar Sexena, aseguró que la magnitud de esa forma de autodestrucción, que es el suicidio, resulta “un problema que la mayoría de las personas ignoran”.
Entre las causas que han incrementado el número de muertes por esta razón se hallan: la depresión, alcoholismo, drogas, problemas psicosociales, crisis económica, desempleos y exclusión social, entre otras.
Especialistas en Psiquiatría aseveran que nadie es inmune a caer en estados que puedan provocar depresión; pero, existen formas de buscar ayuda, tanto en la familia, como entre amigos o desde el punto de vista médico.
Las instituciones especializadas han hecho un llamado ante la situación, incluyendo la necesidad de emplear los medios, escuelas, colegios, universidades y la sociedad civil para sensibilizar y prevenir los factores de riesgos frente a ese mal.
Se suma a todo esto la necesidad de una brújula para el Gobierno, el cual debe esgrimir políticas públicas y muchas acciones más, capaces de enfrentar el problema desde su raíz misma, la educación, por ejemplo y el fortalecimiento institucional de la familia como cédula de la sociedad y fuente generadora de valores.
Menos muertes violentas, más suicidios
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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