Estos son los excluidos del sistema social y político dominicano, harapientos, barbudos y pocos higienizados. Suelen encontrarse en cualquier parque de la ciudad o debajo de los elevados, donde acostumbran a improvisar una choza de cartón y ropas desechables. Con el mismo objeto se cobijan y hacen “cama”, quedándoles como techo el pavimento.
Los marginados tienen muchas carencias, pero están muy conscientes de que les ha tocado vivir en una nación donde ellos no les importan a nadie; incluso, a un gobierno encabezado por un presidente que por tercera vez consecutiva aparece en las estadísticas internacionales como el mandatario mejor valorado de la región.
“Estoy viviendo debajo de este puente hace más de un mes cuando un carro me batió en momentos en que yo iba en mi triciclo, y vine a sabé de mi en el hospital Darío Contera con un brazo partío en dos partes”, expresa Félix Ernesto de los Santos, quien dijo que vive solo de la caridad de la gente.
Este hombre de 44 años se pasa el tiempo debajo del elevado de las avenidas John F. Kennedy con Ortega y Gasset. Siente un gran resentimiento por los políticos, ya que fue uno de los primeros que se subió en un camión patana para hacerle campaña a Leonel Fernández, cuando este aspiraba por primera vez a la presidencia de la República en 1996, quien luego de llegar al poder lo desconoció: “Tu sabe los golpes que yo cogí por Leonel en caravana y nunca conseguí ná cuando ganó, ni siquiera un trabajo en un Ayuntamiento”.
Jovanny Andújar es otro de los ciudadanos que no han sido beneficiados por el erario. Tiene 58 años de edad, pero los golpes de la vida lo hacen ver de 80. Es otro de los que el destino le hizo una mala jugada, de haber nacido y ver llegar la vejez en una nación sin ninguna garantía social, sin hijos ni algún pariente que le tienda la mano.
“Yo soy chofer y hace ocho años que toy sin trabajo, desde que envenenaron a mi hija con un veneno que era pá su marío. Yo no me siento bien así como vivo. Yo vivo aquí y como de lo que me dan la gente que trabajan por aquí”, narra el hombre que pasa sus días debajo del elevado de la avenida V Centenario, donde improvisó un “lecho” con dos cartones.
Felix y Jovanny no forman parte de los 224 mil dominicanos que, de acuerdo con el presidente Danilo Medina, superaron el estado de indigencia en el período de octubre del 2012 a abril del 2014.
“Yo no le pido ná al gobierno. Dios es grande, yo vivo con Dios y el que vive con Dios vive bien. ¿Tu le va a pedí al gobierno pa qué, pa pasá vergüenza?”, expresó el indigente Ernesto de los Santos.
Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), indica que en República Dominicana el 10% de los más ricos recibió en el 2010 el 40% de los ingresos de la economía. Mientras, el 40% de los pobres percibió sólo el 10%.El organismo internacional recomendó que el gasto público llegue más a los pobres.
Mientras que el Banco Mundial (BM) indica que en los últimos veinte años la República Dominicana ha sido una de las economías de más alto crecimiento en Latinoamérica, con un aumento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) en torno al 5,5 por ciento entre 1991 y 2013.
Sin embargo, el organismo financiero internacional aclaró que a pesar de ese fenomenal desempeño económico, la pobreza hoy en día es más alta que en 2000.
En la República Dominicana, la clase media disminuyó en casi cuatro puntos, resultado de un aumento tanto en la pobreza como en la vulnerabilidad, según el Informe de Desarrollo Humano 2014, presentado en El Salvador por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
A raíz de las declaraciones del Gobierno de que en los últimos 18 meses la pobreza se ha reducido 6 puntos porcentuales, el Centro Bonó considera que existen dudas razonables sobre esas conclusiones, por lo que invitó a profundizar más en las investigaciones sobre su medición.
“Todos los estudios realizados en República Dominicana señalan que los niveles de pobreza y desigualdad son muy altos en el país, siendo este el principal obstáculo para poder avanzar hacia una sociedad cohesionada”, indicó la entidad.
Expertos consultados consideran que el dinero que se escapa por medio de la corrupción es un factor determinante para crear nichos de pobreza e indigencia en República Dominicana. Muchos de los dineros que deben distribuirse en toda la población se queda en los bolsillos de unos cuantos, que suelen muy bien pagar para hacerse intocables; es decir, crean impunidad o falta de castigo.
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LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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