Pese a los muchos intentos, de los cuales pueden verse algunos resultados, sin duda alguna, llevados a cabo por el Presidente Danilo Medina para sacar familias enteras de la pobreza en República Dominicana, todavía el 10% de la población vive con esa condición extrema.
Y constantemente la prensa refleja las entregas de habitacionales en zonas y regiones de ese sur olvidado, y otras partes, donde se facilitan y también reconstruyen miles de casas de familias sin recursos.
Alma Fernández, directora del Instituto Nacional de la Vivienda (INVI), ha dicho que con los fondos del Programa de Reactivación Económica se han podido reparar unas seis mil casas e igualmente el Gobierno ha edificado “en distintas zonas unas 500 viviendas rurales y se cambiaron 1,500 pisos de tierra por cemento”.
Otras entregas están previstas que podrán beneficiar y dignificar a hombres y mujeres y ojalá baje ese nivel de pobreza que no solo ha crecido, sino que está más alto que hace una década.
A lo anterior se suma eso que la organización internacional Oxfam advierte a la nación dominicana, acerca de la creciente desigualdad que podría causar un retroceso de décadas en el batallar por ayudar a quienes viven en la miseria.
“La desigualdad económica va unida a la desigualdad en el poder político y mina las posibilidades de que avancen las reformas necesarias para enfrentar la desigualdad desde su base quedando capturas por élites políticas y económicas”, planteó Rosa Cañete, directora de Oxfam en República Dominicana y coordinadora de la campaña Iguales en América Latina y el Caribe.
“Es hora de cambiar las reglas”, expresa la campaña Iguales que ha presentado Oxfam “cuyo objetivo es exigir a los líderes mundiales que conviertan sus palabras en hechos y garanticen un trato justo para las personas más pobres”.