La televisión nos presenta las realidades de los hombres y las de la sabana africana. La pantalla se llena con la cabeza de un león, colmillos listos para desgarrar y a un lado 2016-2020. Este felino nos lleva a las demás fieras que cazan para vivir. Muy contrario él es haragán, las leonas salen de cacería y traen la presa a su amo que come solo y duerme patas arriba. Me detuve ante esta escena y recordé a Gandhi: “El que come y no trabaja es un ladrón”.
Ese anuncio es el león de la pasada temporada ciclónica impunidad, hoy con vientos más devastadores que los de la Sun Land-contrato con la Barrick Gold-economía blindada con el millonario déficit fiscal. El animal no cambia sus hábitos y empeora la vida en la peor selva, la humana, donde no aceptan que los hombres no se han agrupado únicamente para vivir, sino para ser felices. Los que están en el poder es para servirse; pero, no se escapan de la historia de los corruptos y corruptores, su realidad es el dinero del erario.
La ansiedad de sentarse en la silla de alfileres los desenmascara, se tiran los dardos al estilo los Partos entre compañeros del mismo clan de intereses económicos. Me recuerdan una de las sentencias de Maquiavelo: “Tengo tres perros peligrosos: La ingratitud, la soberbia y la envidia, cuando muerden dejan un herida muy profunda.
Nuestros invitados de hoy: Aristóteles: “El hombre perfeccionado por la sociedad es el mejor de los animales; pero es el más terrible cuando vive sin ley ni justicia”.
Maquiavelo: “La viejas ofensas no se borran con beneficios nuevos”. Vale repetir. El animal no cambia de hábito.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
Meditabundo: La televisión. Autorretrato
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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