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Meditabundo: El Desacato

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Ética: Del latín Ethicum: Parte de la filosofía que estudia la moral y las responsabilidades del hombre.
 
El Código de Pautas Éticas, suscrito por el señor Presidente de la República licenciado Danilo Medina Sánchez en el primer Consejo de Gobierno ampliado, y presentado a los miembros de su gabinete para subscripción. Data a estos funcionarios de una guía de buena gobernanza que les orientará a dirigir las instituciones públicas de forma honesta y transparente, absteniéndose de la comisión de hechos contrarios a la ética y el ordenamiento jurídico nacional.
 
Las pautas de integridad, imparcialidad, igualdad, transparencia, rendición de cuentas, contrataciones públicas, medidas anticorrupción, entre otras. Esta es la responsabilidad asumida al levantar la mano jurando cumplirla y hacer cumplir la Constitución y leyes. Lo primero a cumplir es entregar la declaración jurada de bienes al asumir el cargo de acuerdo a la ley.
 
¿Por qué algunos funcionarios no han cumplido el mandato de la ley? Concebimos que el servidor público necesita abrirse a la dimensión espiritual y esforzarse para conquistar los valores que elevan la vida, las virtudes que deben aplicar al diario desempeño de las funciones en la honestidad, transparencia, administrar el erario con pureza.
 
La realidad es que se carece del sentimiento penoso de la propia indignidad, ocasionado por el acto deshonroso. Esto es la vergüenza. No merecen el mérito de ejercer una función pública. No les importa que los subalternos sepan que él actúa de espalda a la ley. Donde no hay moral, no hay deber. Reina el caos, la degradación en las responsabilidades. No se es ético.
 
Esta acción negativa de algunos funcionarios nos lleva a nuestra bitácora: El filósofo Zenón de Citio fundador de la escuela Estoica, al retirarse de la enseñanza cuyo lema era el deber como una acción moral fundamentada en la Apatheia, eligió al discípulo filósofo de mayor moral pública reconocida: Cleantes.
 
Nuestro invitado de hoy Aristóteles. Cosas del tiempo, que todo lo evidencia. Hacen sesenta y un veranos, allá en el Cannes del Mediterráneo de yates y veleros. En la biblioteca pública de la calle Antibes traduje del idioma francés estas pinceladas de la Teoría del Bien y la Felicidad, del libro La Gran Moral a Nicómaco: “En primer punto, que puede tenerse por evidente, es que el bien se deriva de la ciencia soberana, de la ciencia más fundamental de todas, ésta  es, precisamente, la ciencia política. La política rige a los Estados. Pero no es la que forma la moral ni la que está encargada de esta gran cuestión del bien. Por el contrario, la política no es nada, si no recibe sus principios fundamentales de la moral y si no procura seguirlos”. Termina la cita.
 
La no entrega de la declaración jurada de bienes nos muestra que el sistema político no ha progresado a la par de otras ciencias y es necesario el estudio de los males políticos como la corrupción y de los factores que contribuyen a que dichos males se presenten. Estamos en la patología política.
 
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.

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